En los últimos años, el mercado laboral en México
ha visto cómo cada vez más profesionales calificados buscan oportunidades más
allá de las fronteras nacionales. Y si bien uno de los principales motivadores
era el obtener mejores ingresos, la diáspora de talento internacional o también
conocida como “fuga de cerebros” se ha convertido en un fenómeno multifacético
que va más allá de las consideraciones salariales.
En los
recientes cinco años, más de un millón de mexicanos emigraron del país, casi
medio millón más que en el periodo anterior . La mayoría de estos
colaboradores inició su travesía por motivos relacionados con el trabajo y una
cuarta parte de ellos están altamente calificados.
Para Ivonne
López, Brand & Communications Manager de Pandapé, “En un mercado laboral
global cada vez más competitivo, donde las oportunidades trascienden fronteras,
los colaboradores buscan más que un buen sueldo; buscan experiencia,
reconocimiento y propósito. De ahí que las empresas pueden desarrollar
estrategias efectivas que les permitan atender estas necesidades antes de que
las personas decidan partir, o bien generar ofertas atractivas para que
regresen, o bien para sumar su talento”.
Los motivadores
están cambiando
De acuerdo con
la experta, aunque a menudo se pensaba que el principal motivador salarial era
lo que más pesaba cuando alguien decidía emigrar, en realidad, otros factores
no económicos juegan un papel igual o incluso más importante. De hecho, son
estos aspectos los que suelen ser la verdadera razón detrás de la decisión de
partir por parte de la fuerza laboral calificada .
Entre estos se
encuentran la formación de nuevas habilidades, el reconocimiento ―social y/o
empresarial―, cursar nuevos estudios, incluido el de idiomas, vivir la
experiencia cultural, hacer algo nuevo o emprender una aventura en el
extranjero. Y si bien muchos colaboradores desean regresar al país, actualmente
sólo 11% lo hace por motivos laborales.
Impactos de la
migración laboral
México se ubica
actualmente como el segundo país con mayor migración laboral del planeta
(después de India). La fuga de talento tiene un impacto profundo en el
desarrollo económico. Uno de los más notables es la pérdida de la inversión en educación,
pues se dedican recursos significativos a formar a los profesionales que, al
migrar, terminan beneficiando a otras economías.
Además, la fuga
de cerebros frena la innovación, ya que la salida de expertos en áreas clave,
como tecnología y ciencia, deja un vacío que limita la capacidad del país para
competir a nivel global. En adición, esta salida de profesionales genera un
déficit de personal en sectores estratégicos, lo que puede profundizar aún más
la escasez de talento que ya experimentan un 65% de las organizaciones .
Mejorar la
cultura organizacional
Las empresas
tienen la oportunidad de implementar estrategias efectivas para anticiparse a
las necesidades de sus colaboradores, lo que les permitirá retenerlos antes de
que consideren marcharse. En adición, pueden diseñar propuestas atractivas para
captar a quienes ya se han ido, incentivando su regreso con un entorno que
responda a sus expectativas tanto profesionales como personales.
Como parte de
la mejora en la cultura organizacional desde RRHH, mediante herramientas
tecnológicas, se pueden impulsar programas de capacitación muy relevantes, así
como la creación de planes de desarrollo personalizados, de reconocimiento y
recompensas. Al final de cuentas, se trata de cultivar un ambiente laboral
motivador, equilibrado, donde los colaboradores se sientan valorados y
reconocidos por su contribución a la organización.
“En un mundo
donde las oportunidades laborales trascienden fronteras, retener talento no es
solo cuestión de salario. Las empresas que entiendan las verdaderas
motivaciones de sus colaboradores no solo evitarán la fuga de cerebros, sino
que también se posicionarán como referentes en un mercado cada vez más
globalizado y competitivo”, concluyó Ivonne López.
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