jueves, 20 de enero de 2011

Conagua celebra la postura del GDF

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) celebra los esfuerzos del Gobierno del Distrito Federal (GDF) para cerrar el Bordo Poniente, pues desde hace cinco años se demostró técnicamente que estaba rebasado en su capacidad de recepción de desechos sólidos, por lo que desde el punto de vista ambiental procede su clausura y sellado.

Al mismo tiempo, esta institución considera como un avance en materia ambiental que el Jefe de Gobierno de la capital del país reconozca que este relleno sanitario “es una de las fuentes de emisiones con efectos invernadero más importantes del Valle de México” debido a que en él se acumulan diariamente gran parte de las 12 mil toneladas de basura que genera la población de esta entidad.

Asimismo es un foco de contaminación de los mantos freáticos pues se localiza en un área de inundación natural y los lixiviados se mezclan con el agua de los drenes, además de infiltrarse al subsuelo.

La Conagua y el GDF coinciden en que aún es necesario alcanzar diversos acuerdos para concluir este proceso de clausura del Bordo Poniente, en base a la aprobación que este organismo federal le otorgue a su proyecto de cierre. Por ello, esta dependencia reitera que está en la mejor disposición de contribuir para que se realice, cuanto antes, el cierre total de este sitio, para luego iniciar su recuperación ambiental. Así, se eliminaría un factor de riesgo para la sustentabilidad ambiental y la conservación de los acuíferos del Valle de México.

Igualmente, la Conagua insiste en que para lograr la solución de los diversos problemas que obstaculizan la sustentabilidad hídrica del Valle de México, como el de la basura, se requiere establecer planes integrales estratégicos con visión metropolitana, ya que se comparte una región donde los problemas son los mismos.

Ante esta situación, la Conagua llama a las autoridades capitalinas y del Estado de México (Edomex) a realizar de manera adecuada el manejo y disposición de los residuos sólidos ya que actualmente parte de estos son arrojados a los ríos del Valle de México, como los ubicados en la zona Oriente entre los que destaca el Gran Canal, el río de La Compañía, etcétera, obstaculizando el libre tránsito de las aguas en los afluentes, lo que genera riesgos de inundaciones para las colonias asentadas a sus orillas.

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