Investigadores
de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) trabajan en la obtención de
combustibles líquidos y gaseosos a partir de la degradación de plásticos, resultados
con los que además de favorecer al medio ambiente, aportarán grandes beneficios
a la industria.
Los académicos del Área de
Química Aplicada de la Unidad Azcapotzalco consiguen gasolina, queroseno y
gasoil, así como gases ligeros como el metano, etano y butano, entre otros, a
partir de la degradación de polímeros.
Los combustibles son producidos
de plásticos como polietileno de baja y alta densidad, poliestireno,
polipropileno que son utilizados diariamente y tienen un uso principalmente
industrial, explicó Julia Aguilar Pliego, coordinadora de la investigación.
La creación de este catalizador es
resultado de cuatro años de investigación, ya que diversas pruebas con
catalizadores sólidos como zeolitas y materiales mesoporosos, bajo diferentes
condiciones de reacción, llevó a los investigadores a sintetizar uno más estable
con actividad catalítica constante por más de 24 horas, es decir que su vida
media promedio permite abaratar los costos en la producción de combustibles.
Otra ventaja es que evita la
corrosión del reactor. Los que se utilizan actualmente en la industria
petroquímica son con base en cloruro de aluminio o ácido fluorhídrico,
materiales que propician la corrosión de metales.
El proceso innovador, actualmente
en la etapa de patente, realizado en el Laboratorio de Evaluación de
Catalizadores del Área de Química Aplicada, consiste en colocar bolsas y botellas
en un contenedor y posteriormente se vierte a un reactor que contiene
catalizador sólido.
Éste alcanza una temperatura
mayor a 500 grados centígrados lo que permite fundir el plástico al mismo
tiempo que el compuesto activo rompe los polímeros realizando la separación de
combustible.
Cinco gramos de plástico
degradados generan aproximadamente 80 por ciento de líquido y 20 por ciento de
gas; las pruebas que inicialmente se realizaban en cantidades pequeñas, desde
hace año y medio se llevan a cabo a escala mayor, elevando a 300 gramos de
catalizador por 300 gramos de polímero, explicó.
Aunque los combustibles producidos
son los mismos que se logran en las refinerías, las ventajas que ofrecen es que
son más limpios, ya que están libres de metales pesados como vanadio, níquel,
azufre o plomo.
Otra contribución de la
investigación es que se obtienen a partir del aprovechamiento de desechos
plásticos que contaminan el ambiente, como polietileno de baja y alta densidad,
poliestireno, polipropileno y botellas plásticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario