Ante la realidad nacional de que el 77%
del agua potable del país se destine a la agricultura, de acuerdo a la
Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE) es necesario
implantar nuevas tecnologías y reformas en este sector para su sostenibilidad,
más cuando 60% de los pobres (30 millones de personas) vive en zonas rurales en
México.
De ahí la
importancia de contar con sistemas que ayuden a ahorrar agua en sistemas agrícolas
de zonas desérticas, ya que México gasta más en subsidios para cubrir el costo
de la electricidad de bombeo que en la misma mejora de la infraestructura de
riego.
Lo anterior
puede remediarse con trabajos y estudios biotecnológicos que desarrollan en el
norte de México, centros de investigación de la red del Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología Conacyt), para conservar biodiversidad y suelos del
semidesierto con mejoras puedan superar las crisis ambiental y alimentaria.
Esta innovación,
señaló en entrevista con este reportero,
Juan Carlos Belausteguigoitia, director ejecutivo del Centro Mario Molina, es
esencial para tener nuevas tecnologías para el desarrollo. Expuso que “este
trabajo de los centros del Conacyt es muy importante para ahorrar agua en esos
sitios donde escasea; es bueno trabajar en ello y con mayor demanda de estas
biotecnologías y procesos se tendrá más desarrollo”.
La
disponibilidad de agua cayó en un 75% en México en relación con 1950 por el
crecimiento humano y mayor uso en los sistemas agrícolas, además, el reparto de
este líquido es inequitativo, lo que deriva en que 77% de la población que vive
en zonas desérticas tengan poca disponibilidad del recurso.
Ejemplo de
algunas de estas investigaciones que se pueden enumerar las lleva a cabo el
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CINOR), como es la
caracterización funcional de genes de plantas del desierto y su aplicación
biotecnológica.
Así como los de
caracterización de genes y transformaciones genéticas de plantas glicófitas con
genes de plantas del desierto, por citar dos casos que se encuentran en
laboratorio.
Sobre el tema,
Berenice Vergara, directora de Ingeniería en Biotecnología del Tecnológico de
Monterrey (ITESM) Estado de México, comentó a este reportero que de principio debe entenderse que la biotecnología
es altamente aplicable en temas que atañen a un ecosistema o en un ciclo
biogeoquímico. Permitiendo ayudar en la conservación de especies de agua, flora
y fauna. Aunado a esto, existen ecosistemas con características muy especiales,
donde ha habido una adaptación de los organismos que pueden ser útiles en el
área ambiental y la agricultura (con plantas que sobrevivan en sequía).
Añadió que esto
puede ayudar en los ecosistemas desérticos ya que “la flora y fauna desértica
presenta adaptaciones al entorno que no se encuentran en otros ecosistemas, por
lo mismo es importante preservar y proteger estos organismos. Estos estudios
podrían ser clave en la aparición de nuevas tecnologías, como la agricultura
ante condiciones de sequía, optimización de los recursos hídricos, etc”.
Ejemplificó que
esta labor de investigación puede conllevar a la aparición de tecnologías
aplicables a la siembra, el tratamiento de suelos contaminados; descubrimiento
de mecanismos que permiten a los organismos sobrevivir a altas temperaturas y
baja disponibilidad de agua.
Afirmó que la
aplicación biotecnológica en México es necesaria, ya que se vive una era en la
que ésta forma uno de los pilares esenciales.
Resaltó que los
Organismos Genéticamente Modificados (OGM) podrían ser muy útiles en zonas de
sequía, aumentando la producción de alimentos.
Dijo que “uno de
los avances más importantes de la manipulación genética, se hizo gracias a la
investigación de organismos que viven en ambientes extremos; me refiero a la
aplicación de la enzima polimerasa del microorganismo Thermus aquaticus que
permite la secuenciación, identificación, manipulación de genes, identificar
enfermedades e incluso procesar información genética”.
IMPULSO TECNOLÓGICO, ESENCIAL EN
LA SOCIEDAD
De acuerdo a la OCDE, es de vital
importancia para entender el papel de las nuevas tecnologías (incluida la
biotecnología), reconocer que este progreso tecnológico es relevante para una
amplia gama de actividades económicas.
Por ejemplo,
algunas estimaciones indican que el progreso tecnológico ha impulsado la
productividad en el sector agrícola cuatro veces más rápidamente que en otros
sectores de la industria. Este organismo recordó que la difusión de las
tecnologías antiguas (el tractor, las técnicas de riego y la agricultura
intensiva), fue impulsada por la revolución de las tecnologías verdes promovida
por la comunidad internacional en los años 70s.
Mientras que
Rodrigo Balam Muñoz Soto, profesor Departamento de Biotecnología del ITESM
Campus Ciudad de México, especificó a este reportero que existe un proyecto por demás interesante sobre una región
dentro del Desierto de Coahuila: Cuatrociénegas que mezcla condiciones
extremas, de aislamiento, sequedad y salinidad creando un mosaico de oportunidades
para la biodiversidad, en donde los organismos que viven en condiciones de
extrema podrían significar mecanismos que se pudieran reproducir en ciertos
cultivos.
Aclaró que la
iniciativa privada debe atreverse a invertir en ciencia y a aprovechar el
conocimiento que se adquiere a partir de la caracterización de los genomas de
la flora y fauna. “Pero hay que decirlo, la inversión en biotecnología requiere
ser cuantiosa al inicio, pero los dividendos y ganancias al mediano plazo
recuperan la inversión y dan para más convirtiéndose en un círculo virtuoso”.
Indicó que
México posee una gran riqueza genética de especies endémicas, donde la
biotecnología ayudaría en la búsqueda y aplicación de consorcios microbianos
para tratamiento de aguas y suelos, el establecimiento de plantas de producción
de biofármacos biosimilares, la caracterización molecular de enfermedades en
poblaciones mexicanas, son algunos de los posibles proyectos que se pueden
aprovechar.
NO QUEDARSE EN CIENCIA DE
ESCRITORIO
Ambos investigadores coincidieron en que
los trabajos en centros de investigación no es suficiente, se necesita el apoyo
de la industria privada para detonar esta ciencia y no se quede en ciencia
básica. Por eso urgieron a buscar aplicaciones industriales, trabajar en conjunto
con la industria, desarrollar nuevas tecnologías y cubrir, de esta forma, las
necesidades de la sociedad.
La investigadora
del CEM lamentó que “México, tristemente no valoran los recursos naturales que
tiene, y aunque existe apoyo para el desarrollo de biotecnología, la mayor
parte de las veces, este desarrollo se queda como ciencia básica”.
Finalmente, Muñoz Soto declaró que se necesitan
empresarios dispuestos a invertir en investigación biotecnológica y por
supuesto de la mano de instituciones de educación pública y privada.
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