Se dio a conocer que la Asociación Internacional de Estudios de la
Obesidad (IASO, por sus siglas en inglés) publicó un plan de acción de 10
principios para que los gobiernos combatan la obesidad.
Ello se presenta en momentos que es urgente el combate a la
obesidad y enfermedades no transmisibles (ENT) en todos los países, especialmente
en naciones como México, donde los sistemas de salud pública se están
colapsando por esta causa.
Las recomendaciones del documento incluyen un fuerte énfasis en el
liderazgo y la acción de parte de los gobiernos para reducir muertes que son
prevenibles y que a la vez mejoran el desempeño económico. Hacemos un llamado a
los gobiernos a fortalecer sus poderes legislativos para que puedan intervenir
en los mercados en defensa de la salud pública.
En México, la organización El Poder del Consumidor, difundió dicho
decálogo que consta de los siguientes pasos a ser difundidos:
1. Fortalecer el caso para la acción.
2. Elaborar planes de acción intersecretarial que incluyan un
amplio abanico de iniciativas en múltiples niveles de intervención.
3. Establecer directrices y normas para la protección de la
seguridad nutricional.
4. Hacer uso del poder adquisitivo del gobierno para construir
patrones de consumo más saludables.
5. Hacer uso de los poderes legislativos para fortalecer la
legislación sobre salud pública.
6. Utilizar las oportunidades de negociación multilateral para
fortalecer los programas nacionales de salud.
7. Fomentar el cambio de comportamiento y un cambio en las normas
culturales.
8. Fortalecer el liderazgo de la Secretaria de Salud.
9. Reunir apoyos y confrontar la resistencia a las regulaciones.
10. Establecer agencias de rendición de cuentas.
Al respecto, Tim Lobstein, director de Incidencia de IASO, dijo
que “no actuar no es sostenible, especialmente en los países de bajo ingresos,
y añadió que “sabemos que los gobiernos en los países de bajo ingresos tienen
poco control sobre el suministro de los alimentos y los acuerdos comerciales y
de inversión que destruyen los dietas tradicionales más saludables.”
“De manera aislada, los gobiernos son renuentes a emprender
intervenciones en el mercado porque no quieren que sean percibidos
restringiendo la libertadas de las personas. No obstante, hay buenos argumentos
de porqué se necesita un etiquetado de semáforo en los productos, la
prohibición de publicidad dirigida a niños y ajustes en subsidios e impuestos
para incrementar el consumo de alimentos más saludables.”
“Entretanto la obesidad y las enfermedades que provoca ponen
creciente presión sobre los servicios de salud pública, los gobiernos no tienen
una opción más que actuar,” señaló. “Entre más pronto se actúe, los costos
serán menores y más eficaces las acciones”.
Para la preparación de este informe, IASO reunió
expertos para una sesión de “consentimiento de las partes” durante dos días en
la Academia de Medicina de Nueva York en septiembre 2013, juntando funcionarios
de la Organización Mundial de la Salud y la OCDE, así como representantes de
gobiernos locales y nacionales, expertos en salud pública, organizaciones de
incidencia pública, activistas comunitarios y algunas empresas privadas.
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