Las reformas estructurales impulsadas por el
gobierno federal no fomentarán el desarrollo nacional; profundizarán el modelo
de desigualdad y pobreza extrema como de estancamiento y dependencia, sostuvo
Abelardo Mariña Flores, jefe del Departamento de Economía de la Unidad
Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante la presentación del libro América
Latina: ¿Cómo se construye el desarrollo hoy? –coordinado por Gregorio
Vidal, Arturo Guillén y José Deniz–, expuso que al ser éstas producto del
proyecto neoliberal agudizan la vulnerabilidad, intensifican el lento
crecimiento y el mal desempeño de la economía.
Dijo que “es necesario implementar políticas de
desarrollo que sustenten la recuperación del poder de compra de los
trabajadores, la expansión del mercado interno, al mismo tiempo que extiendan
los mecanismos de integración en la región latinoamericana como con las
naciones de la periferia para enfrentar el poder de las potencias centrales”.
En comunicado de prensa se añadió que para el
investigador es necesario un cambio en el proyecto de desarrollo, el cual no se
vislumbra a corto plazo. “La políticas económicas se definen a partir de la
correlación de las fuerzas de poder”, y en México, hay un gobierno neoliberal
asociado con el capital financiero que “fomenta el debilitamiento del Estado,
la precarización de las condiciones de vida de la población y mayor
vulnerabilidad económica”.
Caso contrario experimentan diversos países
latinoamericanos que presentan tasas de crecimiento mayores, procesos de
redistribución de la riqueza con disminución de la pobreza extrema y de la
desigualdad, “cuando en México hay estancamiento crónico del poder de compra de
los salarios, se carece de procesos de redistribución y se mantiene un
crecimiento menor al dos por ciento desde hace 40 años con casi nulo aumento
del ingreso per cápita”.
El regreso de la ortodoxia económica lleva a
un proceso de recesión mundial de deflación, la política monetaria atada a los
intereses del capital financiero dejó de ser operativa; el manejo de las tasas
de interés es irrelevante cuando las tasas son cercanas a cero y se elimina
cualquier posibilidad de modular el desarrollo de la actual fase de la
recesión.
Las perspectivas para los próximos años son
negativas para la economía mundial, incluso las proyecciones que eran
optimistas en torno a la dinámica económica se han transformado en negativas.
En el caso de América Latina destaca el relativo
buen desempeño de las economías, sus programas de desarrollo alternativos que
ofrecen fortalecimiento de los mercados internos y de la redistribución del
ingreso y la reducción de la pobreza.
El texto plantea la necesaria búsqueda de
alternativas al desarrollo en el mundo, y en particular para América Latina;
destaca la importancia de la teoría en la construcción de nuevos caminos, la
relevancia de la perspectiva histórica, de las políticas económicas y
descalifica la política de desarrollo del consenso de Washington.
Por su parte, Juan Castaingts Teillery,
profesor-investigador del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa,
también se pronunció en contra de las reformas estructurales porque llevarán al
país al fracaso.
Indicó que “el desarrollo de Brasil es superior a
México como resultado de la puesta en marcha de un conjunto de políticas que
involucran: lo salarial, la industria, la política fiscal, el papel del Estado,
la eliminación de las iniciativas privatizadoras para re-estatizar y
nacionalizar; la diversificación de la política externa, del papel financiero y
monetario y de su banca de desarrollo, aunado al reposicionamiento del papel
del Estado”.
La realidad monetaria y la estabilidad financiera
nacional se sustentan en los ingresos de la vieja renta petrolera, los ingresos
por las transacciones fronterizas, el turismo y el narcotráfico.
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