En la
presentación del libro Colibríes de
México y Norteamérica, se documentó que en el continente americano
está habitada por 330 especies de colibríes, este libro busca ser una guía útil
para la identificación de estas llamativas aves.
De
las 57 especies que se distribuyen en México y Norteamérica, 13 (23%) son
endémicas y 18 (32%) se consideran bajo alguna categoría de riesgo. Asimismo,
todas se ubican en el apéndice II de la Convención sobre el Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres
(CITES), que registra especies no amenazadas de extinción, pero cuyo comercio
debe controlarse para evitar que así sea. Entre las especies ubicadas en la
categoría de amenazadas o en peligro de extinción, se encuentran la Coqueta de
Atoyac y el Colibrí tijereta mexicano.
Evento
efectuado en el marco de la exposición Darwin,
el Antiguo Colegio de San Ildefonso y la Comisión Nacional para el Conocimiento
y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), en donde estuvieron presentes los autores
del libro, la investigadora de la UNAM, María del Coro Arizmendi Arriaga, y el
biólogo de la Conabio, Humberto Berlanga García.
Éste
último dijo a este reportero que “tenemos un sistema de ANPs completo que es
representativo de los ecosistemas nacionales, pero tenemos muchos retos en el
cuidado de los colibríes ya que se padece de fragmentación de hábitats,
ampliación de carreteras, etc., y debemos ser cuidados y aplicar leyes de
monitoreo de protección de estas especies”.
Estas
aves en algunas de sus especies realizan asombrosas migraciones, como el
Zumbador canelo, impresionante viajero que vuela desde Alaska hasta el sur de
México. Como grupo, su alimentación del néctar de las flores resulta en la
polinización de más de mil especies de plantas; sin embargo, los lugares que
habita y en particular las plantas de las que se alimenta, están amenazados.
Mientras
que Luis Eguiarte, investigadores del Instituto de Ecología de la UNAM, indicó
a ese reportero que “el principal
problema es la deforestación y algunos especies de colibríes viven en bosques
de montaña y están en grave peligro, pero existen otros que se han adaptado muy
bien a las ciudades como en el DF, ya que se les ponen bebederos y se siembran
plantas que les atraen, y es evidente que se están presentando estas dos
situaciones”.
Durante
dicha presentación se destacó que esta especie de aves son originarias en su
totalidad del continente europeo y hace varios millones de años pasaron a
América en donde en zonas cálidas se han adaptado a la perfección, mientras que
en Europa ya están extintos; por razones naturales y un 40% de las especies de
colibríes están presentes en la cordillera de los Andes, en Sudamérica.
Por
su parte, en la presentación de este libro, Juan Francisco Ornelas,
investigador del Instituto de Ecología (INECOL), destacó que la mayor amenaza
para estas aves es la ignorancia humana sobre sus tamaños poblacionales,
recursos florales e historias de vida. “Esta obra llega en un momento que
considero crucial para que los ciudadanos se involucren no sólo en su
contemplación sino para que activamente participen en su estudio, generando
observaciones sobre sus historias de vida y datos sobre su distribución e
interacción con sus flores, que pueden ser de utilidad para su conservación”.
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