Crece la presencia de biodigestores en granjas agropecuarias mexicanas

La empresa mexicana Sistema Biobolsa, informó que en la actualidad cuenta con más de 2,200 sistemas de biodigestores para medianas y pequeñas granjas con actividades agropecuarias instalados en beneficio directo a trece mil doscientas personas.

Sus operaciones representan actualmente un tratamiento de 1,543,862,264 kilogramos de estiércol animal, lo que equivale al peso de 2,293 zócalos de la Ciudad de México llenos de excremento, evitando así de forma efectiva focos de infección dañinos para las familias del campo y la obtención de fertilizante natural para la recuperación de las tierras degradadas por el uso de agroquímicos.

Se detalló que tan solo entre 2011 al 2014 Sistema Biobolsa ha duplicado sus ingresos por ventas de forma anual, siendo 2014 el primer año rentable para la empresa social, demostrando que es posible y efectivo tener un modelo de negocios rentable teniendo como prioridad un alto impacto social y ambiental.

Cabe recordar que en 2012 esta empresa fue la primer socio no micro financiero de Kiva, organización que permite prestar dinero a pequeños emprendedores de países en vías de desarrollo, dándoles acceso a servicios financieros para la obtención del sistema de biodigestores que buscan impactar en la vida de la gente del campo con la instalación de biobolsas generadoras de fertilizante rico en nutrientes y gas metano para uso doméstico.

Al respecto, Doroteo Galindo, campesino que utiliza estos sistemas comenta que uno de los mayores beneficios que ha obtenido es la generación de su propio biogás en pro de una vida sustentable aprovechando todos los recursos que obtiene de su granja.

Ello es parte de la apuesta de impulsar a los pequeños productores agropecuarios que se estima son la clave para el desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria del mundo, es por eso que a través de su programa los empodera, creando capacidad y les acerca la tecnología apropiada como una nueva y mejor oportunidad de alcanzar la sostenibilidad en las granjas mexicanas que hoy pueden generar su propia energía y reducir la emisión de gases de efecto invernadero.