En
la presentación del libro “Empresas Trasnacionales, Gobierno
Corporativo y Agua Embotellada” el negocio del siglo XXI, de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se declaró por parte de
la autora, Delia Montero, que en la última década creció en un 35%
el consumo de agua embotellada en el país.
Entre
los presentadores de esta publicación, Óscar Armando Monroy,
profesor de biotecnología de la UAM, comentó que el agua
embotellada ha distorsionado el mercado de dotación del líquido a
la población. Dijo que en esta publicación se analiza el porqué de
las grandes ventas del agua embotellada y quienes son los grandes
beneficiados de este rubro, lo cual está en manos de cuatro grandes
transnacionales. Pasando a ser como en antaño un producto elite a
hoy ser un mercado masivo y global.
México
es primer consumidor de agua embotellada del mundo con un gasto
promedio de 3,650 pesos (228 dólares) al año sólo en este rubro.
Además junto al consumo de refresco conllevan grandes gastos para
los sectores más vulnerables. Detallo que 35% de aumento en la
última década registro el consumo de agua embotellada y esto se
reflejó en la baja del 17% en consumo de refresco.
Estas
empresas han observado que el mercado de venta de agua potable es
enorme y el valor del agua en garrafón equivale a 22 mil millones de
dólares casi 25 centavos de dólar por litro. Creciendo al 7% anual
cuando los alimentos sólo crece en un 3%.
Señaló
que las empresas beneficiadas en mayor parte por este mercado son
Nestle que controla el 30% del mercado mundial del agua y 83% de sus
ganancias están fuera de Suiza. Mientras que Grupo Danone es dueña
de la marca Bonafon de las mayor venta en México. Dejando el resto
del mercado a Coca Cola y Pepsico. Estas empresas si bien ya tenían
gran control de sectores de los alimentos, sus filiales nacionales
tienen diversas libertades que les permite consolidarse en los
mercados locales.
Sin
olvidar otros problemas como son falta de infraestructura adecuada en
México para dotar de agua potable sin contaminantes; y que en
standard mundial de consumido sigue siendo de forma prioritaria la
agricultura que a nivel global gasta el 72% del agua potable.
Aunado
a que las campañas publicitarias no son para el consumo de un
insumo, sino para crear la necesidad de consumir agua sin sales y
hasta que ayuda a adelgazar. La cuestión es que la gente se obligue
así misma a adquirir el producto.
En
materia del efecto ambiental colateral dijo que está la generación
del envase y en el transporte de la misma lo que hace que sea más de
dos mil veces ineficiente e insustentable que reparar las tuberías
existentes. México es líder en este consumo per capita de 243
litros por habitante lo que equivale al 13% del consumo mundial.
Por
su parte, la investigadora de CIESAS, Lourdes Romero Navarrete,
comentó que este negocio es una problemática nacional y desde una
mirada dura se analiza en esta publicación desde una perspectiva
económica que denuncia que estas empresas sean controladoras de este
producto.
Se
pone énfasis en dos aspectos que este mercado es una acumulación
capitalista y supeditada en cambios estructurales acomodando leyes a
su modo para ser un modelo o neoextractivista. Así como que la
calidad del líquido se sustenta en la mala calidad del agua que
provee el estado.
Se
tiene todo un andamiaje social, tecnológico y hasta cultural que
lleva al público al forzoso consumo de cierta cantidad del agua.
Situación que el libro pone en la palestra.
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