Se estima que la población
de vaquitas marinas es de alrededor de 30 individuos que se desplazan a lo
largo de 40 mil kilómetros cuadrados en el Golfo de California, situación que
hace inminente su extinción, aunado a que desde hace unos tres meses se han
encontrado fallecidos ejemplares de esta especie, y que los planes de rescate
de la misma, por burocratismo y papeleo oficial, de la Secretaría de Medio
Ambiente federal (SEMARNAT), el plan de rescate de la misma entrará en
funcionamiento hasta fines de año.
Aunado a que los planes de
veda de pesca, se ha demostrado por redadas de autoridades de la marina y
judiciales, indica que la captura de especies en los polígonos protegidos se
presenta de forma constante e ilegal. Tan solo en los últimos cinco años ha desaparecido el
95 por ciento de su población.
La vaquita marina es una especie endémica del Golfo de
California que se encuentra en peligro de extinción debido a las redes que los
pescadores de la región utilizan para atrapar al pez totoaba, comentó el
biólogo marino Benjamín Martínez, fundador de Explorando la Vida, asociación
civil orientada a la protección de esta especie.
Dijo que “no es un depredador lo que está acabando con
la población, son las herramientas del hombre las que están asfixiando a las
vaquitas marinas y pareciera que su extinción está pasando desapercibida”.
Hasta el momento, la población de vaquitas marinas se
estima en 30 individuos que se desplazan a lo largo de 40 mil kilómetros
cuadrados y los esfuerzos por parte de los investigadores son cada vez más
puntuales pero insuficientes para su conservación.
En
ningún otro sitio del mundo existe este mamífero marino que mide 150
centímetros de largo, pesa hasta 50 kilogramos, vive unos 22 años y tiene ocho
crías a lo largo de su vida.
Declaró
que “para salvar a una especie necesitamos el apoyo de todos, sociedad y
gobierno, necesitamos difundir que el valor ecológico de una especie como la
vaquita puede crear afectaciones al ambiente. Así que entre más gente la conozca
ésta se puede salvar. El gobierno orientaría políticas puntuales para extender
la veda en el hábitat de la vaquita o podría promover que estas redes sean
retiradas”.
Aislar a la vaquita marina en cautiverio para
reproducirla es una de las últimas opciones que consideramos -comentó Martínez-
pero implica un gran reto en la logística. Se tendrían que rastrear a 30
animales en 40 mil kilómetros cuadrados, atraparlos con redes, diseñar un sitio
de cautiverio amplio para llevarlas, considerar su traslado, buscar 21 especies
de calamares para proveerlas de alimento, entre otras medidas, por lo que “¿no
sería más fácil quitar las redes?”, cuestionó.
Detalló que el cautiverio no es una opción para salvar
a la vaquita de la extinción, por si fuera poco, es un animal sumamente tímido
que huye de los humanos y no le gustan las embarcaciones en movimiento y se
sumerge. Para observarla usamos ‘bigeyes’, una especie de binoculares gigantes
que nos permiten observar a las vaquitas a una distancia equivalente a 4
metros, cuando en realidad están a 100 metros de distancia. De modo que si
lográramos atraparlas y llevarlas a cautiverio no sabríamos si resistirían el
estrés de todo el proceso.
La vaquita marina es el mamífero acuático más pequeño
del mundo que necesita ser protegido, por ello, la asociación civil Explorando
la Vida realizará una expedición en agosto próximo para difundir información
científica útil para su conservación y monitoreo, capacitará a agentes de
conservación locales para dar a conocer
a la especie, su situación y los esfuerzos nacionales e internacionales para su
conservación, a través de la Expedición Vaquita 2017.
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