Daniel González
Mendoza, investigador del Instituto de Ciencias Agrícolas (ICA) de la
Universidad Autónoma de Baja California (UABC) al norte del país, analiza los
mecanismos bioquímicos y fisiológicos de dos especies de mezquite (árbol
oriundo de zonas semidesérticas de México), relacionados con su capacidad de
absorción de metales.
El investigador de la UABC explicó que
dicha capacidad dota al mezquite de potencial para ser utilizado en procesos de
fitorremediación, por ejemplo, la rehabilitación de suelos contaminados por
fertilizantes.
Dijo que “se ha usado el mezquite para
el proceso de fitorremediación principalmente en Arizona; sin embargo, no se
conoce a ciencia cierta cómo se regulan esos procesos de absorción del metal,
cuáles son los genes que participan y los cambios bioquímicos que ocurren en la
planta”.
Subrayó que la importancia de conocer
los mecanismos de absorción de metales del mezquite radica en la posibilidad de
generar herramientas tecnológicas para manipular la planta y aumentar su
eficiencia en los procesos de degradación de contaminantes en suelos.
Los estudios del doctor Daniel González
Mendoza en torno al mezquite iniciaron en 2013 y son financiados a través del
Fondo Sectorial de Investigación para la Educación de la Secretaría de
Educación Pública.
Expuso que el mezquite es una planta
que se distribuye en todo México pero existe en mayor abundancia en ecosistemas
del noroeste del país, por ser una planta adaptada al ambiente del desierto.
Apuntó que para la investigación que
realiza, se tomaron como modelo las especies de mezquite Prosopis juliflora y Prosopis glandulosa, que destacan por
su capacidad para tolerar la salinidad y el estrés hídrico.
“Esa capacidad le permite también tener
estrategias bioquímicas y fisiológicas para poder tolerar y acumular mayor
cantidad de metales en su tejido”, precisó.
El investigador del Instituto de
Ciencias Agrícolas señaló que el mezquite es comúnmente utilizado para la
producción de harina y como forraje para alimentar al ganado, actividades que
no se excluyen si se aplica para descontaminar suelos.
“La planta puede absorber el metal a
nivel de raíz y tallo y no lo absorbe el tejido foliar, esto permite que
también pueda ser utilizado por el ganado para consumirla y no representa
ningún riesgo para su salud”, resaltó.
Para conocer los mecanismos por los que
el mezquite adquiere su capacidad para absorber metales, el doctor Daniel
González aplica diversas herramientas de la fisiología vegetal, con las que ha
obtenido información relativa a qué ocurre en la fotosíntesis y en la
morfología de la planta durante este proceso.
Precisó que, además de las herramientas
fisiológicas, los procesos del mezquite se analizan desde la perspectiva
bioquímica para conocer qué enzimas se generan en respuesta a la absorción de
los metales, principalmente aquellos que pueden tener un efecto tóxico aun en
concentraciones mínimas, como el cadmio (Cd).
El investigador dio a conocer que como
resultado han identificado que la especie Prosopis glandulosa tiene mayor tolerancia a los metales
que la Prosopis juliflora,
por lo que puede ser recomendada como una alternativa en procesos de
fitorremediación.
Actualmente la investigación se
encuentra en la última etapa con la identificación de los genes que se activan
cuando la planta es expuesta a los metales, para conocer cuáles pueden ser
inducidos y utilizados como biomarcadores.
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