Con una inversión de 15 mil pesos
(800 dólares) y casi dos años de trabajo, científicos mexicanos diseñaron el
prototipo Ave Fénix, un visor
termográfico que mide en escasos dos minutos, la temperatura del rostro del
paciente para detectar de forma rápida algunas condiciones como el estrés y el
dolor.
Las emociones pueden influir en el proceso de recuperación
de algunos pacientes, explicó el doctor Benjamín Domínguez Trejo, responsable
del proyecto, y profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) en la Ciudad de México (CDMX).
Detalló que “es importante evaluar cada vez con mayor
precisión el factor emocional y su relación con las enfermedades y esto es lo
que permite Ave Fénix: conocer el
estado emocional de la persona. Los factores emocionales determinan qué tanto
dolor podemos tener después de una cirugía, también cuántos días nos tomará
recuperarnos ya que entre más relajación se requieren menos días en el hospital”.
El prototipo Ave
Fénix cuenta con una cámara térmica infrarroja portátil que registra la
radiación de un cuerpo. De modo que se pueden observar los cambios de
temperatura.
La disminución de temperatura sucede porque el cuerpo
realiza un proceso de vasoconstricción, es decir, los vasos sanguíneos se contraen
y reducen la circulación de la sangre. “De este modo corroboramos que los
problemas de regulación del sistema nervioso autónomo están ligados tanto al
organismo como a su estado emocional”, puntualizó.
Hasta ahora, las termografías han sido realizadas a
pacientes con cáncer de mamá y a víctimas del sismo del pasado 19 de septiembre
para analizar su “plasticidad térmica”, es decir, la capacidad para relajarse y
modular la temperatura por medio de terapia psicológica. “Esto determina el
tipo de tratamiento, hay algunos pacientes que pueden relajarse por sí mismos,
otros que necesitan terapia psicológica y otros que necesitan medicamentos”,
dijo.
Este prototipo también es utilizado en pacientes con
problemas de dolor crónico, cáncer de mama, pie diabético, depresión, ansiedad
y estrés postraumático. Por ahora, los análisis clínicos se han realizado con
pacientes del Hospital 20 de Noviembre y del Hospital Regional Ignacio Zaragoza,
del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado
(ISSSTE).
Explicó que
antes de entrar al consultorio se le pide al paciente un ayuno de dos
horas mínimo, sin haber tomado café ese día. Después se espera que el paciente
se aclimate a la temperatura del consultorio y en relación a esta se fija una
temperatura base. Después se le pide que hable del episodio traumático o
incluso de la enfermedad que padece, cómo se siente, etcétera, se toma registro
de su temperatura en ese momento, posteriormente se le pide que se relaje como
él sepa hacerlo. En caso de no poder se le da asistencia psicológica para que
lo logre.
Las ventajas de este prototipo frente a otros termógrafos
es que es un equipo portátil que pesa 300 gramos, tiene una resolución de 80 x
160 pixeles, lo que lo hace un equipo de termografía económico pero útil
clínicamente.
Se puede instalar frente a los pacientes a medio metro
de distancia, con lo que evita el contacto con la piel y eso les permite a los
psicólogos monitorear la actividad del sistema nervioso autónomo que subyace a
los procesos emocionales tales como estrés o relajación.
Detalló el investigador que “otra de las ventajas es
que al ser un producto 100 por ciento mexicano no dependemos de los equipos de
importación que son muy costosos pues van desde 60 mil hasta 1 millón de pesos”.
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