En 2018, el
número total de personas sin acceso a la electricidad disminuyó a mil millones,
de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía. Si bien esto representa un
progreso en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones
Unidas – específicamente el que apunta a “garantizar el acceso a una energía
asequible, confiable y moderna para todos en 2030” – aún queda mucho por hacer.
En apoyo a este tipo de
impulso al acceso a la electricidad, la empresa automotriz Nissan colabora con el
programa Escuela Filadelfia ubicada en Sudáfrica para mejorar su acceso a la
luz eléctrica y aumentar su uso de energía renovable.
En esta nación africana, su
red proporciona acceso a la energía al 85 por ciento de la población, la
capacidad y las restricciones de conexión ocasionan que la escuela experimenta
regularmente “apagones” de energía.
Al reutilizar baterías de
Nissan LEAF en unidades de almacenamiento energético y paneles solares, la
Escuela Filadelfia tendrá una solución de respaldo completamente funcional
durante los cortes de energía a partir de la primavera de 2019.
Como un internado, al que asisten
exclusivamente estudiantes con discapacidad de entre 14 y 21 años, la Escuela
Filadelfia es particularmente sensible a diversos tipos de desafíos.
El director de este colegio, Derrick
Peete, indicó que la escuela se fundó en 1985 con 130 niños. Actualmente
tenemos más de 470 estudiantes, todos ellos alumnos con algún tipo de
discapacidad. Actualmente somos la única escuela en Sudáfrica que atiende
específicamente a estudiantes discapacitados con una variedad tan amplia de
necesidades. Impartimos un plan de estudios flexible y proporcionando un
programa deportivo completo, desde tenis en silla de ruedas, baloncesto, rugby,
ajedrez.
Relató que entre sus desafíos
están varios cortes de energía al mes, generalmente por algunas horas, pero a
veces duran un día completo. “En nuestra escuela, somos aún más dependientes de
la energía que las escuelas convencionales. Por ejemplo, tenemos clases para
estudiantes sordos que requieren lenguaje de señas, y tener aulas bien
iluminadas es extremadamente importante. En cuanto a nuestros estudiantes
ciegos, con frecuencia utilizamos impresión en braille, para que puedan leer a
mano. Cuando no hay electricidad para nuestras impresoras, esto también
dificulta el progreso de los estudiantes”.
Declaró que las operaciones
diarias simples como cocinar y lavar también se vuelven problemáticas ante los
apagones de energía. “Por ejemplo, nuestros chefs en la cocina luchan por
cocinar para casi 500 estudiantes, mientras que también debemos funcionar
completamente sin agua caliente. Además, debido a que somos un internado, tener
electricidad para la iluminación de los dormitorios es una gran ayuda, ya que
permite que nuestros estudiantes lean, estudien e interactúen por la noche”.
Puntualizó que tratan de asegurarse
de que la sostenibilidad sea una característica en todas las diferentes
materias que enseñan, mientras se aseguran de que se enseñe de una manera
divertida y atractiva. Por ejemplo, involucran a sus estudiantes en programas
de reforestación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario