De
acuerdo a Omar Alejandro Aquino Bolaños, Sales Director para Latinoamérica de la empresa MiR, detalló que los robots han sido idealizados durante mucho tiempo en el arte y la
cultura popular. En la actualidad, sin embargo, los robots no son solo máquinas
ficticias. Los robots refuerzan su presencia cada vez más en fábricas,
almacenes y todo tipo de negocios, donde comparten las tareas diarias con los
trabajadores humanos.
Mientras que los robots en muchas ocasiones obtienen
buenos resultados al aumentar la productividad, ayudar a las empresas más
pequeñas a competir con rivales más grandes e incluso permiten que los
trabajadores humanos se transporten de aburridas tareas repetitivas a trabajos
más interesantes, las historias sobre ellos aparecen en todo tipo de medios con
mayor frecuencia donde a menudo se sospecha, o se les acusa directamente, de
"robar" trabajos a los humanos.
El especialista cuestionó que la relación entre los
robots, en particular, los robots autónomos móviles (o AMR) y el trabajo humano,
debe responder a las "acusaciones" que se están formulando contra los
robots en la actualidad, “primero debemos entender que los robots colaborativos
están diseñados no para reemplazar a los trabajadores humanos, sino para
ayudarlos mientras que los robots industriales tradicionales, que ya se han
utilizado en muchas industrias por 50 años o más, realmente están diseñados
para reemplazar a los trabajadores humanos”.
En diferentes ocasiones, dijo que se encuentra con información
vertida en los medios de comunicación donde se señala que existe un temor
básico de que los robots están reemplazando a las personas como mano de obra
primaria del mundo, y que esto dejará a los humanos sin una forma de ganarse la
vida.
Los defensores de la tecnología robótica argumentan
que cada nueva ola de automatización, desde máquinas de vapor hasta
computadoras, ha llevado a generar un temor que la tecnología
"monopolice" y excluya a los trabajadores humanos, pero en realidad
ha generado ganancias netas en la creación de trabajos y no pérdidas de empleos
a largo plazo.
El hecho es que la mayoría de los trabajos requieren
habilidades humanas únicas y de acuerdo con un estudio reciente llevado a cabo
por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD, por
sus siglas en inglés) sugieren que menos del 10% de los trabajos pueden
automatizarse por completo, lo que limita el número de trabajos que los robots
probablemente "robarán" a los trabajadores humanos. La demanda de
robots colaborativos autónomos móviles crece más rápido que la demanda de
robots industriales tradicionales.
La consultora BIS Research señala a través de un
estudio, que el mercado de robots colaborativos alcanzará un valor de 2 mil
millones de dólares para el año 2021.
Por lo tanto, en el futuro es más probable que se observen a humanos y
robots trabajando juntos en las fábricas y no un escenario donde los humanos
son reemplazados por completo.
Es un hecho que ninguna de las partes puede negar:
algunos trabajos serán eliminados, pero la automatización robótica es un
creador real de empleos. La mayoría de los estudios sobre los efectos de la
automatización basada en robots sobre el empleo humano se centran en regiones
geográficas limitadas o en industrias de mano de obra intensiva que dependen en
gran medida del tipo de trabajadores que los robots pueden reemplazar
fácilmente.
Sin embargo, incluso si los robots dejan sin trabajo a
cierto número de trabajadores de ensamblaje, crearán trabajos más nuevos y
mejor pagados en campos como la programación. Los robots eventualmente se
convertirán en creadores reales de trabajos, pero estos serán diferentes a los
trabajos anteriores.
La "robofobia" generalizada a nivel
empresarial también ha llamado la atención de los gobiernos. Los llamados a
invertir en educación para preparar a los trabajadores para los empleos del
mañana han ganado nueva popularidad a medida que los robots y su papel en el
mercado laboral han ganado más y más atención, incluso se habla en algunos
países de un impuesto a los "ingresos" de los robots, para generar
ingresos que serían pagados como compensación a los trabajadores humanos que
los robots han reemplazado.
Obviamente, tiene más sentido que los gobiernos
inviertan en programas educativos y de capacitación para ayudar a los
trabajadores a adaptarse a entornos tecnológicos cambiantes, en lugar de
proteger artificialmente empleos que pueden automatizarse a través de un
"impuesto a la renta" sobre robots u otras medidas que tendrían un
efecto negativo efecto sobre la productividad general y la competitividad
Además, los robots están permitiendo a las compañías
en países de alto costo "reapuntalar" parte de sus operaciones
previamente subcontratadas a países de bajo costo, recuperando empleos y/o
creando empleos nuevos. Cuando las empresas se vuelven más competitivas, ellas,
sus proveedores y otras empresas interdependientes, crecen, creando nuevos
empleos de todo tipo.
En conclusión, los robots, y los AMR en particular,
crean más empleos regularmente mejor remunerados de aquellos que reemplazan,
mejoran la productividad y aumentan la competitividad, todas razones excelentes
para que los legisladores promuevan el uso de robots mejorando las habilidades
de los empleados mediante el reciclaje y otras iniciativas educativas y para
evitar erigir barreras en su adopción, como gravar o aumentar el costo de los
robots.

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