La obesidad es uno de los padecimientos que más se ha agudizado en
los últimos años. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS)
desde 1975 se ha triplicado en todo el mundo. Esta situación resulta alarmante
ya que conlleva a la aparición de diabetes, cáncer, trastornos
cardiovasculares, degenerativos, entre otros.
Motivados
por esta problemática tesistas de la licenciatura de Química Industrial de la
Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, ubicada en el Estado de
México, dirigidos por Raquel Gómez Pliego, académica de esta casa de estudios,
investigaron el efecto de las fibras prebióticas en la conservación de la
actividad probiótica de Lactobacillus casei (una bacteria benéfica que está
presente en el intestino y en la boca) en productos nutracéuticos fermentados a
fin de ofrecer alimentos con mayores propiedades nutrimentales.
En
el cuerpo existen microorganismos vivos (probióticos) que benefician la salud
como el Lactobacillus casei. Éstos han sido utilizados para elaborar alimentos
que mejoran la digestión y la tolerancia a la lactosa. En el trabajo desarrollado
por el grupo de nuestra Facultad se descubrió que estas bacterias pueden
aportar mayores nutrimentos si permanecen por más tiempo en el organismo.
Una
fibra prebiótica, conforme a la definición presentada por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), es aquel compuesto no digerible
capaz de pasar por el tracto intestinal y el estómago sin ser absorbido.
Entonces,
al llegar al colon es degradado por las bacterias lácticas en butirato,
propionato y acetato, ácidos grasos de cadena corta a los que se les atribuyen
propiedades anticancerígenas,
antiinflamatorias y antioxidantes, que además
participan en la lipogénesis (síntesis de ácidos grasos para formar
triglicéridos) logrando así controlar o reducir el peso corporal.
Gómez
Pliego comentó que las bacterias probióticas metabolizan las fibras prebióticas
y las utilizan como fuentes de carbono, de modo que propician su reproducción y
colonizan el intestino con estos microorganismos benéficos. Asimismo, producen
bacteriocinas que impiden el crecimiento de patógenos estrechamente
relacionados con las enfermedades ya mencionadas.
El
uso de fibras probióticas ha cobrado importancia en la elaboración de alimentos
nutracéuticos, aquéllos que además de nutrir pueden mejorar o curar algunas
patologías. Al obtener un producto simbiótico (probióticos más
prebiótico) que potencie el efecto de los alimentos el consumidor accede a una
dieta saludable que regula su peso y lo ayuda a crear una barrera para eliminar
los patógenos.
Desde
esta idea, el grupo de trabajo de la FES Cuautitlán ha evaluado el tiempo de
sobrevivencia de los prebióticos en algunos alimentos que se adicionaron
con fibras de avena, trigo, nopal, inulina, soya, trigo, por mencionar algunos;
encontrando que estos favorecen el crecimiento de microorganismos probióticos
por cierto tiempo, a diferencia de otros.
“En
esta investigación evaluamos el efecto de diferentes fibras sobre la
supervivencia de las bacterias lácticas, cambios de pH, ácidez, sinéresis,
concentraciones de propionato, butirato, acetato, etcetera, producidos a
lo largo de la vida de anaquel de bebidas lácteas, al mismo tiempo estudiamos
si estas fibras favorecen el efecto antimicrobiano”, expuso la
investigadora.
En
este proceso se analizaron dos tipos fibras: solubles, que favorecen el
tránsito intestinal, y las insolubles, cuya función consiste en atrapar y
disminuir el colesterol y la cantidad de glucosa en sangre. Para hacer el
recuento de bacterias lácticas se utilizaron diversos medios de cultivo: sembrado
masivo y evaluación del efecto de alimentos cada semana durante dos meses.
Al
tratar con diferentes fibras se encontró que la de avena es la más óptima
para la sobrevivencia de los microorganismos lácticos, ya que alcanza hasta los
dos meses de vida. Las restantes continúan produciendo una alta cantidad de
microorganismos probióticos durante su vida en anaquel.
Parte
de la investigación está enfocada en elaborar un producto de calidad y
atractivo para el consumidor. En la actualidad existe una enorme gama de
alimentos que podrían ser usados como matriz para este estudio. Además de
trabajar en los lácteos, los tesistas y la investigadora estudian la
formulación y desarrollo de diversos postres.
La
elaboración de estos nutracéuticos representa un gran avance para lograr
una mejora en la alimentación. Además despliega una amplia gama de
probabilidades para adicionar otros componentes que brinden valor agregado y
funcionen en el tratamiento de padecimientos como la hipertensión o la
diabetes.

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