Se ha imaginado cómo se fabrica un WC, sabes desde dónde se parte
para que tenga en casa un eficiente inodoro. Producir un escusado es un largo
proceso en el que la creatividad, la comodidad, la eficiencia, la economía y la
sustentabilidad entran en juego. Y para obtener el resultado final, la
tecnología, sobre todo en lo que respecta a automatización, desempeña un papel
fundamental.
El
primer paso es el más importante de todos: el diseño. En esta etapa un equipo
de diseñadores e ingenieros industriales trabaja incluso durante meses para
realizar bocetos de distintas ideas que tienen para una nueva línea de inodoros.
Generalmente se inspiran en la arquitectura de ciudades de países como Italia,
o en movimientos artísticos como el cubismo, muy presente en otros elementos de
baño modernos, sobre todo grifería.
En
dicha fase de desarrollo se emplean avanzados softwares de diseño 3D y se crean
maquetas físicas si es necesario, mediante computadora se comprueban las cualidades
estéticas y funcionales del modelo elegido, y se crean prototipos para ponerlos
a prueba.
Una
vez definido el modelo a producir, se elaboran los moldes con los que se
fabricarán los WC, mediante materiales como resinas epóxicas y metales, entre
otros; garantizando que cada uno esté hecho con las mismas especificaciones.
Esta
etapa suele incluir la intervención de personal calificado, pero cada vez menos
presente gracias a novedosos desarrollos de automatización industrial, uno de
los rubros más importantes de la tecnología para poder disfrutar de la vida tal
cual se conoce. La automatización industrial es la utilización de sistemas de
control, tales como computadoras o robots, y de tecnologías de la información,
para el manejo de procesos y maquinarias en una industria, entre sus beneficios
destacan la generación de productos de alta calidad, reducción de controles de
rutina, una amplia flexibilidad en los procesos a desempeñar, mayor seguridad
para el personal, más productividad y costos óptimos de operación.
Posteriormente
se prepara el colado, que es trabajar la materia prima hasta obtener un líquido
de arcilla de cerámica con el que se rellenarán los moldes; una vez lograda su
forma, la masa de cada WC empieza a endurecerse y se deja enfriar en grandes
almacenes con temperatura controlada.
Después
sigue la pintura y esmaltado de cada pieza de forma manual, lo cual asegura la
máxima atención al detalle en esta fase.
De
acuerdo de María Eugenia Salas, gerente de Investigación y desarrollo de nuevos
productos en Grupo Helvex, el esmalte es muy importante para la fabricación de
la taza y el tanque que conforman un WC. “Además de darle un toque estético, aporta
dureza al material y durabilidad al producto. Sin el esmalte no podríamos
ofrecer 30 años de garantía en cada pieza; además, facilita la limpieza del inodoro
y ayuda a proteger la salud al momento de evacuar cualquier desecho, una
función primordial si consideramos que cada persona pasa en promedio tres años
de su vida en el baño”.
La
producción concluye con el proceso de horneado o cocción, en el que se
refuerzan variables como dureza y brillo. Posteriormente se dan los acabados
finales, se ensamblan los accesorios del tanque, se embala y prepara el
producto para su distribución, con sus correspondientes trámites
administrativos de cumplimiento de normas y garantía.
Un
WC es un producto que debe cumplir con exigentes requisitos de estética,
tecnología, funcionalidad, durabilidad y servicio. Actualmente existen opciones
que se adaptan a amplias tendencias de decoración, en línea con el estilo de
vida de las personas.
Cabe
recordar que mientras la humanidad fue nómada la naturaleza fue su retrete.
Tras más de 400 años de haberse inventado el primer sanitario de válvula y
tanque para la reina Isabel I de Inglaterra, la tecnología sigue ofreciéndonos
sus avances para que este artefacto esencial siga mejorando.

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