En
México, se estima que existen unos 20 mil científicos certificados que realizan
trabajos en centros de investigación, universidades y empresas, mientras que en
Estados Unidos, los hombres de ciencia suman poco más de un millón, lo cual
hace que México presente deficiencias y dependencias en ciencia y tecnología
(CyT) que requiere una economía que se ubica en la 13va. a nivel global.
Por
ello, es necesario que para la formación de nuevos hombres y mujeres de ciencia
e innovadores se fomente no sólo la CyT desde los sistemas escolares, sino en
otros sectores que deben difundir este rubro como son los medios de
comunicación en donde su presencia es poca lo que se refleja en la escasa
lectura de la población mexicana.
Al
respecto, Fernando Echegaray Moreno, director general de la Asociación Mexicana
de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico (ADIAT),
comentó a este reportero que no es sólo escribir de CyT, sino que los
comunicadores fortalezcan la innovación, ya que este sector es factor
fundamental del crecimiento humano y económico del mundo. México está muy
rezagado en dicho rubro; por ello, se necesita que los científicos impulsen la
innovación, ya que de no hacerlo, la capacidad actual iría a la baja.
Indicó
que “de los 8 millones de mexicanos que a diario leen periódicos -que es menos
del 7% de la población-, existen artículos magníficos de los desarrollos de
ciencia y tecnología que debe multiplicarse, así como una voz que llegue como
resonancia a la población en especial en los jóvenes que deben ser inyectados
con la cultura de la innovación”.
Según
la Organización de Cooperación de Desarrollo Económico (OCDE) aún hoy existe
una gran diferencia de lo que la gente quiere de un medio de comunicación tradicional
y otro digital. En el primer caso, el lector suele buscar información rápida
sobre acontecimientos mientras que los lectores de prensa de papel suelen
dedicar mucho más tiempo a la lectura del periódico y, además, se interesan en
artículos de opinión y análisis profundos de los acontecimientos, siendo ahí el
punto de inflexión con los pocos espacios de temas de CyT que se brinda en
dichos espacios.
Señaló
que “debe existir una alianza entre científicos y comunicadores que genere más
mexicanos que aporten su creatividad a este rubro, que no esté encerrado en las
aulas, sino que se difunda y sea de gran valor social”.
Para
este organismo internacional, la difusión de la ciencia requiere de no sólo
espacios en medios de comunicación, sino contar con las herramientas adecuadas
en la audiencia para recibir dicha información, ya que en naciones
subdesarrolladas como Latinoamérica, si bien existe casi el doble de usuarios
de Internet que de computadoras, se requiere una paridad de uno a uno como se
da en países desarrollados y que este acceso al conocimiento fomente el nuevo
talento.
La
OCDE también indica que mientras las tasas de propiedad de una computadora
personal son muy bajas, ya que tres cuartas partes de los países
subdesarrollados tienen 15 computadoras personales o menos por cada mil
habitantes en comparación con más de 500 por mil en países desarrollados.
Por
su parte, Lynne Friedmann, periodista y profesora de escritura científica de la
Universidad de San Diego, Estados Unidos, comentó que es muy complicado
encontrar notas de ciencia sin que tengan una vertiente política, que si bien
es posible despojarla de este tipo de tendencias, tampoco es malo incluirlo,
siempre y cuando no sea tergiversar su desarrollo.
En
este rubro, según la OCDE no se puede caer en errores de difusión de algunos
medios de comunicación que aparte de no publicar temas de CyT cobran por acceso
a sus espacios, ya que está demostrado que en la actualidad, 79% de los
cibernautas dejaría de visitar una página web de un medio de comunicación si se
les empezará a cobrar por ello.
Aceptó
que los temas más politizados en Estados Unidos son los relacionados a la
ciencia como es la negación del Cambio Climático y que en dicha nación su
público se puede dividir en tres categorías: quienes gustan de la ciencia y a
quienes les interesa; el resto que le presta la atención debida al tema es de
sólo 10% de los estadounidenses -unos 30 millones de personas- que, dijo pueden
catalogarse como participativos.
No
sólo es la falta de espacios mediáticos lo que padece la ciencia, sino en
ocasiones de científicos interesados en difundir sus procesos innovadores, ya
que “algunos no quieren atender a la prensa por temor a estar bien o mal
citados”.
Expuso
que los temas de salud y Medio Ambiente –a nivel mediático-, tienen mayor
impacto y que pueden provocar cambios estructurales como de políticas estatales
y quizá hasta nacionales, va desde cosas como no fumar en diversos sitios,
daños en pueblos, etc., que al presentar diversos hechos acaba siendo un
aspecto de impacto general.
En
entrevista con este reportero, Eugenio Bermegillo, coordinador de la Red de
Comunicadores de Boca del Pueblo, comentó que en el DF existen barrios
originarios e indígenas que ansían tener voz y expresar su sentir, pero no
existen estaciones de radio indígenas, pese a los miles que habitan el DF, y no
tienen estos espacios de comunicación, pese a que por ley el GDF es dueño de la
concesión de Reactor 105.7 de FM, y que ello ahonda en la discriminación del DF
como sus pueblos originarios y migrantes indígenas.
Dijo
que “esto limita la expresión de estos grupos sociales, aunque ansían expresar
su voz y conocimientos, lo cual deriva en tener radios comunitarias sin permiso
como se presenta en Sana Fe y el Ajusco donde la gente sin retribución
económica destina sus tardes para comunicarse con otros grupos indígenas, pero
no se le permite hacerlo de forma oficial por falta de presupuestos y cerrazón
gubernamental sobre la difusión de conocimientos y tradiciones indígenas”.
Nuevas
tecnologías con sentido social
En
relación a la difusión de temas sociales en medios de comunicación, Cuauhtémoc
Sentíes, director de animación y videojuegos del SAE Institut México, sistema
universitario enfocado a la comunicación, dijo a este reportero que existen
iniciativas de animación que difunden temas en aspectos ambientales y que hacen
una buena combinación de la animación con el tema documental, ya que este medio
es una forma de intensificar o suavizar un fenómeno, al salirse de la imagen
construida; ya que la animación puede enfatizar aspectos no documentados más
cuando dicha realidad no tiene expediente. Siendo ahí donde la animación puede
penetrar al ser un mundo visual que no tiene límite y fomenta la creatividad y
la denuncia social o ambiental. Concluyó que “si la animación japonés ha tenido
gran impacto desde hace décadas fue que comunicaba y difundía imágenes de
acceso para quienes no supieran leer o escribir y dichas imágenes tienen gran
poder de comunicación gráfica”.
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