Con
el objetivo de detectar fugas y tomas clandestinas en los ductos que
transportan hidrocarburos investigadores del
Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav) desarrollaron
sensores híbridos de fibra óptica capaces de medir vibración y temperatura.
Ello
fue informado por el Consejo Nacional para la Ciencia y Tecnología (Conacyt),
en donde se detalló que si bien ya existen algunos sensores para medir
vibración y otros para detectar temperatura, este sensor es el primero que mide
ambos parámetros simultáneamente, es por eso que se le denomina híbrido.
La
misma tecnología funciona para detectar intrusos y puede aplicarse en sitios de
gran extensión que requieren mantener seguridad permanente. Puede ser instalada
en aeropuertos, cárceles, estaciones militares o zonas estratégicas.
Al
respecto, Alfredo Márquez Lucero, líder de este desarrollo, indicó que se
concreto con base a una solicitud de Petróleos Mexicanos, Pemex, y forma parte
del Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Energía-Hidrocarburos.
Como
se sabe, los poliductos de Pemex están enterrados y las personas que roban
hidrocarburos excavan hasta encontrarlos. Posteriormente, les sueldan una
boquilla, después los perforan, y finalmente, extraen el producto.
Cuando
cavan la tierra, provocan una primera vibración, la segunda se lleva a cabo en
el momento de soldar la boquilla y una tercera se realiza cuando perforan el
ducto con un taladro. Con este tipo de tecnología se puede detectar la
vibración desde el momento en que se inicia la perforación. Como se había
mencionado, estos sensores de fibra óptica, además de medir la vibración,
también pueden detectan los cambios de temperatura.
Al
ser los hidrocarburos líquidos que están a una temperatura diferente, las fugas
pueden ser detectadas al presentar cambios en dicho parámetro, por esa razón,
si hay una fuga, natural o provocada, se presentará un cambio en el medio
ambiente y, ya sea que se enfríe, o que se caliente, los sensores detectan
exactamente la sección donde se presenta el incidente.
Los
sensores de fibra óptica se encuentran afuera del ducto, colocados a 50
centímetros de distancia. La fibra óptica es un medio de transmisión, en este
caso de luz, y es tan delgada como el cabello humano. Los investigadores del
CIMAV colocan la fibra en un sensor (físicamente es un cable) de tres capas y,
por la parte central, pasa la luz.
Debido
a que estos sensores pueden medir vibración y temperatura al mismo tiempo, es
el primer sistema híbrido desarrollado a nivel mundial y tiene ventajas de
instalación, mantenimiento y reparación. Existen otros que sólo miden uno u
otro factor. Gracias a los resultados está en trámite la patente internacional.
Para
comprobar su efectividad, se realizaron dos simulacros con personal y equipo de
Pemex. El segundo simulacro se llevó a cabo en dos kilómetros de un área
controlada y cerrada del municipio de Apodaca, ubicado en Monterrey, Nuevo
León. Los resultados demostraron que el sistema es sensible y puede detectar
una toma clandestina desde sus inicios, y así ofrecer tiempo suficiente para
que las autoridades competentes actúen, porque excavar y perforar el poliducto
lleva alrededor de hora y media.
Además,
se comprobó el envío de señales para informar, en tiempo real, al personal de
la torre de Pemex, ubicado en el D. F. Cada 50 kilómetros hay un monitor y sus
mediciones son continuas a lo largo de toda la fibra óptica, esto asegura una manera
efectiva de vigilancia.
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