De acuerdo con la ONU, los jóvenes juegan un papel
fundamental para el cambio social, el desarrollo económico y la innovación
tecnológica gracias a su creatividad, ideales y convicciones. En México hay
poco más de 37 millones de personas de 12 a 29 años de edad, un sector que representa
el 31.4% de la población total del país. Aun cuando no significa la mitad de los
mexicanos, cada vez más estas personas lideran proyectos enfocados a reducir el
impacto al medio ambiente.
Empaques
elaborados con materiales biodegradables, procesos de captación de agua, maneras
eficientes para ahorrar energía, son algunas de las iniciativas que levantan el
interés de las nuevas generaciones por ser más sustentables.
Un
estudio realizado por Trendsity,
aplicado a mil personas de México, Colombia, Argentina, Perú y Chile indicó que
los jóvenes de los dos primeros países son más sensibles a la problemática
ambiental, y los coloca en el perfil de embajadores sustentables.
Esto
responde a que sus acciones van orientadas al bienestar de su entorno, buscan
ser un ejemplo para los demás y generar un cambio colectivo. Aunque la
investigación señala que este rubro está comprendido por 11% de la muestra, es
importante fomentar esta cultura ecológica entre todos los sectores de la
población, sin importar edades.
Una
manera de lograrlo es al informarse a través de instituciones académicas que
tienen programas dedicados al estudio de la sostenibilidad. A su vez, hay
diversas organizaciones, agencias y otros actores que constantemente comparten
datos relacionados con el cuidado del planeta a través de redes sociales y
sitios oficiales como @WRIMexico, @SEMARNAT_mx, @PROFEPA_Mx, @ecointeligencia, por nombrar algunos.
Otra
forma es reconocer una problemática o inquietud que dañe al ambiente y que
forme parte de su cotidianeidad, así podrán implementar una solución con mayor
facilidad. Por ejemplo, sustituir el calentador de paso por uno solar para
disminuir el consumo de gas; desconectar los utensilios eléctricos mientras no
estén en uso, o tratar de adquirir productos con etiquetas que indiquen que son
mercancía ecoamigable.
Por
último, identificar incubadoras de proyectos, organismos y empresas que inviertan
en ideas o brinden contacto con los canales adecuados o asesorías. Una muestra
de ello es Veolia, que por tercer año consecutivo trabaja de la mano de
MakeSense, organización internacional cuyo objetivo es diseñar iniciativas de
innovación social y acción colectiva entre ciudadanos, emprendedores y entes públicos
y privados.
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