La población de
numerosas especies de serpientes de la familia Viperidae, o víboras en México,
tiene problemas de conservación, situación poco difundida debido a las
carencias informativas al respecto; ante ello, Jesús Sigala Rodríguez, profesor
investigador de la Universidad Autónoma del estado de Aguascalientes (UAA),
ubicada en el centro del país.
Uno de los primeros frutos de este
trabajo colaborativo con la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza, que es impulsado por el investigador sudafricano Bryan Maritz, que consiste
en un estudio realizado a nivel global para conocer el estado de conservación
de las serpientes de la familia Viperidae, que se caracterizan por ser
venenosas y que son conocidas en nuestro país como víboras.
Sigala Rodríguez, declaró que “se
publicó este trabajo, en el cual se hace un listado de todas las serpientes
vipéridas que tienen problemas de conservación, evaluándolas con tres índices,
que son análisis detallados de la información que las sitúa con problemas de
conservación, y se determinó cuáles son las 30 especies más amenazadas de
víboras que hay en planeta para cada índice. En los tres listados tenemos
varias serpientes vipéridas mexicanas que tienen problemas de conservación”.
Las especies mexicanas en estos tres
índices de importancia para la conservación son: Crotalus transversus, Crotalus tancitarensis, Mixcoatlus barbouri,
Crotalus lannomi, Cerrophidion tzotzilorum, Cerrophidion petlalcalensis,
Porthidium hespere, Crotalus tzabcan, Mixcoatlus browni, Crotalus pusillus,
Mixcoatlus melanurus y Crotalus
armstrongi.
Junto con la publicación del listado,
el grupo de especialistas realizó varias recomendaciones para la conservación
de las especies incluidas, siendo la primera estudiarlas para llenar los vacíos
informativos que existen sobre muchas de estas serpientes, pues de algunas de
ellas se desconocen elementos básicos, como el número de crías que tienen, de
qué se alimentan y quiénes son sus principales depredadores.
Manifestó que “sin esa información tan
elemental, nunca se va a poder hacer un buen programa de conservación, pues si
no se conoce en qué rango altitudinal viven, o si no se sabe qué tipo de
hábitat prefieren, no se podrán hacer buenas estrategias para su preservación”.
Otra recomendación consiste en
modificar la percepción que tienen las personas sobre estos animales, pues
aunque todas las víboras son venenosas, no todas las serpientes lo son, y
ninguna es mala por naturaleza. Asimismo, es deseable derribar las creencias
populares que existen sobre sus supuestas propiedades medicinales.
."Creencias como que el consumo de la serpiente
de cascabel es bueno para la piel, para enfermedades de muchos tipos, incluso
se comercializa ilegalmente diciendo que es bueno para quitar el cáncer o el
sida, y esos mitos han afectado fuertemente las poblaciones, sin que haya hasta
el momento ningún estudio que confirme la utilidad de su consumo para aliviar
estas enfermedades. Hay muchos lugares en Zacatecas, en San Luis Potosí, en
donde es común el tráfico de serpientes de cascabel”, indicó.
Destacó la importancia que este tipo de
estudios tiene para México, pues del grupo de los vipéridos se conocen
aproximadamente 330 especies de víboras venenosas a nivel mundial, y de esas,
en el país se tienen registros de la presencia de aproximadamente 70, lo que
vuelve un asunto de interés nacional la conservación de estos animales.
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