La agricultura es una de las
actividades de mayor relevancia en México, este es un sector que constituye un elemento
de desarrollo que impulsa la economía, las relaciones comerciales basadas en la
exportación y la generación de alimentos tanto para la industria como para el
consumidor local; pero que se caracteriza por el consumo de casi un 77% del
agua potable del país, ello de forma insustentable.
Debido a las condiciones de desigualdad y la
sobreexplotación de recursos, esta actividad enfrenta rezagos que merman su potencial
y afectan directamente al ambiente y productor, causas que obligan a los
involucrados a razonar sobre cómo actuar de cara al futuro.
Por ello, Homero Alonso Sánchez, académico de la
Facultad de Estudios Superiores (FES) ubicada en el municipio de Cuautitlán,
Estado de México, centro de estudios perteneciente a la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), capacita a estudiantes con la técnica y tecnología
de la ingeniería del riego para incrementar el uso racional del agua en la
irrigación agrícola.
En México se emplean dos métodos de riego, los
presurizados, que utilizan equipos de bombeo y tuberías para conducir el agua
hasta la zona de raíces de los cultivos, y el riego por gravedad, que utiliza
canales y la distribuye en la parcela a través de la superficie libre.
Sin embargo este último procedimiento, empleado en más
el 90 % de la superficie agrícola, tiende al uso desmedido del recurso y a mostrar
un bajo índice de aprovechamiento a causa de pérdidas por evaporación, fugas, percolación,
entre otros.
De acuerdo con el Atlas del Agua de México del 2017 de
la Comisión Nacional del Agua (Conagua),
hay aproximadamente 6. 5 millones de hectáreas dedicadas a la agricultura de
riego, que comprenden los Distritos y Unidades de Riego. En esta superficie se
consume aproximadamente el 77 % del total del agua dulce que es utilizada
anualmente por los diferentes sectores del país.
Este panorama ha propiciado la búsqueda de
alternativas que contrarresten dicha problemática, como la lanzada por el
Gobierno Federal en 2014, el RIGRAT (Riego por Gravedad Tecnificado), un
programa que fue puesto en marcha para tecnificar y mejorar el aprovechamiento
del agua en varios estados del país mediante asesoría y equipamiento.
Por su participación en aquel programa, la iniciativa
del doctor Alonso Sánchez se basa en la aplicación de los procedimientos
sistemáticos para la tecnificación del riego por gravedad, una tecnología viable
con resultados alcanzables a corto plazo.
Esta innovación ha demostrado un incremento del 10-15%
de la eficiencia de riego por gravedad, logrando con ello un rendimiento
estimado del 65% en comparación con el procedimiento tradicional, que apenas
alcanza la mitad del aprovechamiento total del recurso utilizado.
Dijo que “podría interpretarse como una cifra muy
baja, pero si la extrapolamos a la superficie total de riego en México, son
volúmenes extraordinarios de agua que se pueden ahorrar, lo que impactaría
significativamente en reducir la presión actual sobre este recurso”.
La colaboración es fundamental con Instituciones como
la Universidad Autónoma de Chapingo que encabeza al RIGRAT, ya que el reto en
el país es tecnificar la superficie que practica este método de riego.
Para ello se necesita de la convergencia de los
actores del sector agrícola, y es que esta innovación no sólo racionaliza en el
aprovechamiento del agua para el sustento de la tierra, sino que pretende superar
paradigmas y convencer a los usuarios de sus ventajas.
Aunque el escenario parece complicado debido a la
renuencia de los campesinos, el doctor Alonso Sánchez considera que los
estudiantes serán los “emisarios” que darán a conocer esta metodología. “Es un
gran reto, y una alternativa es instrumentar parcelas demostrativas e invitar a
los agricultores para que vean los beneficios”, comentó.
Detalló que “hay una gran problemática en cuanto al
uso de los recursos hídricos en el país. La población está creciendo
exponencialmente, ése es el principal factor que nos ha llevado a esta
condición. Esa población demanda más alimentos, entonces, requerimos producir
más, pero no disponemos de agua para podernos expandir”.
Añadió que “hoy en día todos los profesionistas inmersos
en el sector agrícola debemos sumar esfuerzos y hacer todo lo posible para
incrementar los rendimientos y producir más en la misma superficie que tenemos
disponible, con menor cantidad de agua para incrementar la productividad de
este recurso vital”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario