La extracción intensiva de recursos
naturales en América Latina ha conducido a una crisis en la región que se
expresa en conflictos socioambientales, entre otros fenómenos, advirtió la
doctora Aleida Azamar Alonso, investigadora de la Unidad Xochimilco de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de la Ciudad de México (CDMX).
La profesora del Departamento de Producción Económica
de la UAM, dijo que alrededor de 50 por ciento de población que vive donde hay
una actividad extractiva intensa, como la minera, en general regiones rurales e
indígenas, padece altos índices de pobreza y en muchos casos opone resistencia
al desarrollo de industrias como la minera.
En México, por ejemplo, existen alrededor de 500
conflictos socioambientales como consecuencia de la resistencia de las
poblaciones al incremento de la extracción intensiva de recursos naturales y la
apropiación de sus territorios, y más de 120 de dichos problemas están relacionados
con la minería, explicó.
Como un ejemplo del impacto ambiental de esa rama
industrial mencionó el caso de Pasta de Conchos, en el estado de Sonora
–frontera norte del país- donde murieron atrapados 65 mineros, así como el de
la Minera México, responsable del derrame de 40 mil metros cúbicos de
lixiviados de sulfato de cobre en los ríos Sonora y Bacanuchi, en la misma
entidad, y que tuvo consecuencias nocivas en el ecosistema, además del daño
provocado en el salud de las comunidades de dicha región.
La académica refirió la importancia de cuestionar la
manera como se sacan los recursos naturales y señaló que en China mueren cada
año alrededor de 10 mil personas en accidentes relacionados con la sustracción
de carbón.
Dijo que “sí hay alternativas para sustituir la forma
como estamos consumiendo los combustibles fósiles, pero necesitamos voluntad política
y cooperación que debemos exigir a nuestros dirigentes”.
También se requiere consenso internacional, nacional y
local respecto de la pertinencia de transformar completamente la economía
mundial, en la industria, la agricultura y el transporte, “porque todo lo que
utilizamos en la vida cotidiana” proviene sobre todo del petróleo y los
minerales.
Añadió que “necesitamos además líderes competentes
para nuestra transición”, así como importantes innovaciones tecnológicas que
nos ayuden a dejar de consumir minerales y petróleo, además de cambiar los
estilos de vida, difundir esta problemática y hacer conciencia.
La doctora en economía internacional y desarrollo por
la Universidad Complutense de Madrid afirmó que de 1980 a 2013 la explotación
mundial de recursos naturales se triplicó, y si bien Norteamérica y la Unión
Europea reportan una disminución en su participación global, al pasar de 18 y
19 por ciento a nueve por ciento en los dos casos, esto se debe a la forma como
se contabiliza dicha extracción.
Declaró que Asia es la región con mayor participación
en la materia al pasar de 41 a 61 por ciento de 1980 a 2013. En el mismo
periodo la participación de América Latina disminuyó al pasar de 12 a 11 por
ciento, en tanto que África bajó de ocho a siete por ciento. En el caso de
Oceanía, pasó de dos a tres por ciento.
Azamar Alonso agregó que si bien Norteamérica y la
Unión Europea dependen en gran medida del uso de recursos naturales para sus
industrias, éstas han externalizado sus actividades extractivas hacia naciones
subdesarrolladas, donde los costos socioambientales son absorbidos por dichos
lugares.
En su análisis sobre la evolución del PIB per cápita
de 1990 a 2016, la investigadora dijo que se observan dos cosas; por un lado,
el periodo de mayor extracción de los recursos naturales fue de 2000 a 2010,
por lo que el PIB per cápita creció para todas las regiones y esto es reflejo
de la aplicación de políticas que dependieron en mayor grado del comercio de
los bienes naturales, detalló.
Las regiones desarrolladas no dependen del comercio de
los recursos naturales por lo que sus economías siguen creciendo,
contrariamente a lo que sucede en América Latina donde se estanca a partir de
2012, debido a la baja en los precios del petróleo, minerales o demás materias
primas.
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