Valentín Guzmán supo a una tierna edad que sería un espía: desde que averiguó a su pesar quién era en realidad Santa Claus y lo reveló a su mejor amigo, el que a su vez destrozó con tal descubrimiento la inocencia de muchos otros compañeros de escuela —lo que le significó a Valentín verse condenado a una soledad prematura—, se dedicó a estudiar la conducta de los demás, a averiguar secretos y a vigilar comportamientos ayudado por disfraces, aparatos sofisticados y técnicas de observación.
Lo que comenzó como un día normal en la vida de
Valentín, ahora espía de la Dirección Federal de Seguridad, acabaría tornándose
en una complicada red de intrigas internacionales que cambiaría el rumbo de la
historia y a él le arruinaría la existencia para siempre.
La presencia en México del supuesto tirador, Lee Harvey Oswald, unos días antes del trágico suceso, obliga a una tensa pesquisa por parte de las grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, además de la agencia nacional y Cuba, en una situación explosiva que va haciéndose mortal para los participantes cuando lo que importa no es la verdad sino quién puede imponer la suya.
Con giros dramáticos, un escenario de confrontación
inigualable y la inclusión de personajes y episodios reales, El cazador de
secretos, la obra más reciente de Berruga Filloy, se inscribe en la gran
tradición de las novelas de espionaje con una trama en la que su protagonista
se juega algo más que la vida.
Enrique Berruga es escritor y
diplomático. Fue representante permanente de México ante las Naciones Unidas y
subsecretario de Relaciones Exteriores. Es autor de cinco novelas: Destino: Los Pinos (en coautoría con
Mario Melgar), El martes del silencio
(libro premonitorio del levantamiento zapatista), Propiedad ajena (llevada al cine en 2007), La eternidad no tiene futuro (donde se explora lo que en verdad
ocurre después de la muerte, traducida al árabe) y El American Dream (novela en la que Estados Unidos pasa a formar
parte de México).
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