Para la empresa Nestlé es esencial que
su interrelación con las pequeñas y medianas empresas con las cuales mantiene
nexos comerciales como proveedores u en servicios deben contar con indicadores y
requerimientos en materia ambiental que les permita a ellos como a Nestlé
mantener sostenible lo más posible la cadena de valor, lo cual es un elemento para
el crecimiento verde que requiere el sector empresarial.
Ello fue declarado
por Mario Vera, vicepresidente de Comunicación y Asuntos Corporativos de Nestlé,
quien enfatizó su labor ambiental como se dará en su participación en la Cumbre
de Negocios Verdes, organizado por el Instituto Global para la Sostenibilidad
en el ITESM campus Ciudad de México.
Recordó que esta
empresa se desempeña bajo diversos ejes básicos de responsabilidad y la
sostenibilidad, lo cual les ha permitido que en 10 años han disminuido su
consumo de agua en 50% y que el 80% de su energía provenga de sistemas eólicos.
“La política de
creación de valor compartida de la empresa se divide en tres ejes: la
nutrición, el desarrollo rural y agua; que guían nuestras políticas ya que
somos una empresa de la nutrición y debemos siempre considerar nuestro
entorno”, dijo.
Puso de ejemplo
que desde el 2012 se establecieron 30 compromisos de responsabilidad social que
de igual forma es un eje transversal de su labor sostenible y que por un
accionar interno su actuar ambiental es posible consultarlo de forma pública.
Cabe
mencionar que desde 2005, Nestlé estableció reducir en un 35% sus
emisiones a la atmósfera por tonelada de producto producido, ello al 2015.
Además que en 2011 y 2012 consiguió reducir las emisiones por tonelada de
producto y haber reducido en un 24% las emisiones de gases desde 2002. Aunado a
que en 2015, se pretende que el 10% de sus fábricas generen cero residuos.
Ejemplo de sus últimas acciones ambientales de
gran escala se presentó hace meses cuando pusieron en marcha en el estado de
México, la ampliación de una fábrica de café soluble de su propiedad que
incluye una caldera de biomasa capaz de absorber el bagazo de café remanente
del proceso de producción, lo que permitirá cubrir el 60 % de las necesidades
energéticas de la planta. Este sistema le representará una reducción de 37 mil
toneladas las emisiones de CO2, equivalentes a sacar de circulación a más de
11.800 automóviles al año.
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