Según diversos especialistas está confirmado que extractos de
hongos del género Phellinus pueden eliminar
naturalmente los virus y las bacterias causantes de algunas enfermedades
gastrointestinales en los seres humanos.
Por ello, pueden ser utilizados para desinfectar cultivos o
elaborar alimentos procesados más seguros y dichos hongos estudiados crecen
como parásitos en los troncos de los árboles y fueron recolectados en la sierra
de Álamos, Sonora. Se trata de las especies Phellinus badius, Phellinus grenadensis y Phellinus fastuosus.
En un comunicado del Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología (Conacyt), Jesús Fernando Ayala Zavala,
especialista del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD),
explicó que se analizaron extractos de estos hongos y se demostró su capacidad
para neutralizar el crecimiento bacterias patógenas, comoestafilococos,
listeria, salmonella y Escherichia
coli, e incluso matarlas.
Además, agregó, que inhiben
el proceso de infección de virus entéricos, es decir, aquellos que afectan el
sistema digestivo. “Esto abre la posibilidad de que sean utilizados en la
industria para desarrollar desinfectantes. Otra alternativa es generar
productos granulados (polvos) que se agreguen a las fórmulas de los alimentos
procesados para que, desde dentro de los comestibles, eliminen virus y
bacterias nocivos”, dijo.
Las propiedades benéficas de estos organismos se deben a sus
compuestos fenólicos y flavonoides, que constituyen el sistema de protección de
los hongos ante posibles depredadores.
Asimismo, los investigadores de la Coordinación de Tecnología de
Alimentos de Origen Vegetal del CIAD analizaron las propiedades antioxidantes
de los extractos obtenidos de estos mismos hongos y encontraron que son
efectivos para inactivar radicales libres y proteger las células humanas de su
ataque. Este hallazgo implica que dichos extractos también ayudarían a retrasar
o evitar, en algunos casos, la oxidación de alimentos.
Esta característica, añadió el investigador, haría factible su uso
en la industria farmacéutica y cosmética. En el primer caso, para prevenir y
combatir el estrés oxidativo asociado al cáncer; y en el segundo, para alargar
la vida de algunos productos de belleza y evitar que en éstos se desarrollen
bacterias o virus que puedan infectar la piel de los usuarios.
El proyecto de investigación básica que permitió
corroborar el potencial de estos hongos tuvo una duración de tres años y una
inversión cercana a un millón de pesos por parte del Conacyt.
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