De acuerdo a los últimos informes de las naciones unidas, la pobreza
sigue estando comprobado está atada a la conservación de los ecosistemas y el
Producto Interno bruto (PIB), -los recursos económicos- de las familias más
pobres del planeta provienen en un 90% de los servicios ecosistemicos de los
recursos naturales y ante las afectaciones a la naturaleza, como es la
deforestación, contaminación y presencia del cambio climático ponen riesgo a
miles de millones de vidas humanas.
Cabe mencionar que los negocios verdes en
México son del 0.3% del PIB y las pérdidas de capital natural es de 7% del PIB
nacional y en naciones desarrolladas los negocios verdes equivale al 3% de su
PIB nacional y una persona en pobreza extrema gasta cinco veces más en
porcentaje de sus ingresos en alimentos que alguien con recursos monetarios.
Juan Bezaury, representante en México de TNC, dijo
a este reportero que para cuidar la
naturaleza con una población sin recursos monetarios es un proceso largo y
pasar de ser pescadores y campesinos prestadores de servicios –en el caso de
proyectos de conservación o ecoturismo- llegan a pasar cuando menos 10 años y
se tiene casos de éxito en Quintana Roo que requirieron hasta más de 20 años,
“no debe proponerse esto como la gran panacea y si no hay una organización
social sólida que acompañe este transformación ni vale la pena iniciarlos ya
que son procesos no proyectos que pueden pasar de una generación a otra”.
Esto en relación a la postura oficial de las
Naciones Unidas (ONU), sobre el consumo responsable y el desperdicio de
alimentos a nivel global, en este tema, la representante del Programa de la ONU
en Medio Ambiente, (PNUMA), Dolores Barrientos informó que entre los graves
daños ambientales de la actualidad, en cambio climático, pérdida de
biodiversidad y uso de nitrógeno, la humanidad ya sobrepaso el límite
permisible y estas afectaciones repercutirán en futuras generaciones.
Mientras que en pobreza, nunca se había
presentado tanto acaparamiento de recursos por parte del sector más rico de la
población y la economía verde es aún un gran reto para la humanidad. Mencionó
que los servicios ecosistemicos brindan hasta el 90% del PIB de los pobres,
ejemplo de esto es Brasil con un 90%, Indonesia en un 75% e india en un 47%, y
lamentó que en México no se tengan cifras al respecto. En México se estima son
7.5 millones de personas que viven en pobreza extrema.
Al respecto, José Sarukhán, titular de la Comisión
Nacional del Uso y Conservación de la Biodiversidad (Conabio), indicó que se
debe evitar que se siga perdiendo la biodiversidad ya que el entorno natural es
indispensable para el bienestar humano y calificó de prioritario que toda la
sociedad actúe ya que la conservación no es cosa de un nivel de gobierno.
No debe olvidarse que la pobreza es la peor
enemiga de la conservación, ni mucho menos que 22 por ciento de los 112
millones 336 mil 538 de mexicanos que conforman la nación vive en áreas rurales
(Censo de población 2010, Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Mientras que Daniel Chacón, representante de la
oficina en México de la iniciativa latinoamericana sobre cambio climático de la
Fundación Climate Works, dijo a este reportero que “tenemos un círculo vicioso carbonífero, ya que no sabemos
aprovechar los recursos naturales y debemos repensar el crecimiento ya que
padecemos de la “tragedia de bienes comunes”, en donde no pensamos en la
extinción de los recursos; por eso requerimos un crecimiento de bajo carbono”.
“Estamos sacrificando nuestros recursos y
nuestro PIB de capital natural desde hace muchos años es negativo y nos
gastamos los ahorros que nos dio la naturaleza, como es la baja eficiência del
uso de petróleo para obtener electricidad”.
Al respecto, Rodolfo Lacy, subsecretario de normatividad
de la Secretaría de Medio Ambiente federal (Semarnat), indicó a este reportero que la economía no debe crecer
agotando los recursos naturales ya que si se conservan nuestras pesquerías vamos
por buen camino, ejemplificó.
Añadió que se tiene que trabajar en revertir la
pérdida del 7% del PIB por la perdida de capital natural y a la vez debe crecer
el PIB verde. “Debemos genera riqueza y empleos verdes como es el caso del
proyecto de duplicar la producción forestal certificada que ayuda a reducir el
déficit forestal y hacer que esta actividad sea parecida a los países europeos
que en lugar de perder bosques los ganan”.
Sobre la falta de más cifras al respecto,
información que dio a conocer el PNUMA, el funcionario federal dio su versión
de los hechos indicando que “si se tiene datos del PIB de los pobres en México
y sus ingresos a base de servicios ambientales, como es el caso del programa de
Pago por Servicios Ambientales que va a extender su esquema de subsidios en el
país.
LEJOS DE ALIVIAR POBREZA Y
RESCATAR EL MEDIO AMBIENTE
Al Ser entrevistado por este reportero, Luis Roberto Acosta, Vicepresidente ejecutivo del Climate
Institute, señaló que realmente falta mucho en este tema y en los esfuerzos que
se presentan en diversas organizaciones ambientalistas, comparando lo que se
hace, a lo que debe hacerse falta mucho; quizá sólo hemos actuado en un 10% de
lo que tenemos que hacer y para enfrentar un desarrollo humano, por eso debemos
tener un enlace global para mostrarnos que debemos unirnos y la vida depende de
ellos; es fundamental esta transformación que apenas empieza a establecerse.
EL PAPEL QUE DEBE ADOPTAR LA
BANCA EN SUSTENTABILIDAD
En información proporcionada a este reportero, de parte de Grupo Compartamos se informó que este tipo de
instituciones deben tener el objetivo de fomentar un desarrollo sustentable,
mediante directrices que regulen la relación de la institución con el medio
ambiente y sus grupos de interés, para así promover el desarrollo sustentable
del negocio y de las comunidades. “Para lograrlo hemos adoptado una serie de
lineamientos plasmados en políticas institucionales que dan guía a nuestras
acciones con el fin de consolidar nuestro compromiso con el medio ambiente y
generaciones futuras”.
En comunicado se destaca que es esencial el fomento al
voluntariado que promueve las redes de acción para beneficiar a las comunidades
a través de programas enfocados a la acción ciudadana, el cuidado y
conservación del medio ambiente y el apoyo a la sociedad civil. Ejemplo de ello
es su Convocatoria Compartamos con la familia. Además del trabajo con
universidades, en este caso con la UNAM y en base al mismo se generen políticas
y acciones que buscan reducir el impacto ambiental.
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