Licenciado Enrique
Peña Nieto
Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos
Presente
Ante todo le
agradezco sus mensajes de felicitación por el éxito y los reconocimientos
otorgados a mi película Gravity.
Quiero también
aprovechar la ocasión para plantearle una preocupación que comparto, estoy
seguro, con muchos mexicanos.
Me refiero a la reforma energética.
Me refiero a la reforma energética.
Al ser entrevistado
por León Krauze el 26 de febrero, usted afirmó que yo no estaba bien informado
sobre la reforma energética en nuestro país.
Y agregó usted: …en
México no han faltado los grupos que en oposición a estas reformas han generado
desinformación y de ahí que algunos lleguen a comprar (estos argumentos) o, con
no suficiente información, simplemente no conozcan el alcance y el sentido de
las reformas.
Mi falta de
información no es atribuible a grupos en oposición que han generado
desinformación. La razón es más simple: el proceso legislativo y democrático de
estas reformas fue pobre y careció de una discusión profunda, y la difusión de
sus contenidos se dio en el contexto de una campaña propagandística que evadió
el debate público. No estoy informado porque el gobierno que usted encabeza no ha
compartido conmigo –con nosotros, los mexicanos– elementos indispensables para
entender el alcance y el sentido de las reformas.
Dice usted en la
misma entrevista que …las reformas son reconocidas en el mundo porque saben que
la instrumentación de estas reformas permitirán que México crezca
económicamente y tenga mejores condiciones sociales. Ese argumento no me
sorprende pero tampoco me convence. Es natural que una reforma energética (en
un país que ha tenido esos bienes nacionalizados) cause regocijo en los
mercados, pero es ingenuo pensar que el fondo de este reconocimiento sea el
crecimiento de nuestro país. Y no me mal entienda: celebro el júbilo de medio
mundo siempre y cuando el principal beneficiado –económica y socialmente– sea
mi país, sus ciudadanos y que su medio ambiente sea respetado a cabalidad.
La Reforma Energética
y petrolera es la más profunda y trascendente que México ha tenido en décadas.
Simple y sencillamente se ha cambiado el paradigma del desarrollo nacional. En
el entendimiento de que el Congreso está por recibir su iniciativa sobre las
leyes secundarias a esta reforma, me permito pedir a usted que nos informe
sobre el sentido y alcance de la reforma. No lo hago como experto pero sí como
un ciudadano preocupado por el destino en México. Y lo hago desde la más
absoluta independencia política.
Sé que se trata de un
tema vasto. Por eso he formulado 10 preguntas cuyas respuestas podrían disipar
algunas dudas sobre la reforma.
1 ¿Cuándo bajarán los
precios del gas, gasolina, combustóleo y energía eléctrica? ¿Qué otros
beneficios tangibles se esperan de la Reforma? ¿Cuál es el cronograma de esos
beneficios?
2 ¿Qué afectaciones
específicas habrá al medio ambiente con prácticas de explotación masiva? ¿Qué
medidas se tomarán para protegerlo y quién asumirá la responsabilidad en caso
de derrames o desastres?
3 Los hidrocarburos
son recursos no renovables y su impacto en el medio ambiente es enorme.
¿Existen planes para desarrollar tecnologías e infraestructuras de energía
alternativa en nuestro país?
4 De la reforma
aprobada derivarán contratos multimillonarios. En un país con un estado de
derecho tan endeble (y muchas veces inexistente) como el nuestro, ¿cómo podrán
evitarse fenómenos de corrupción a gran escala?
5 Las trasnacionales
petroleras en el mundo tienen tanto poder como muchos gobiernos. ¿Qué medidas
se tomarán para evitar que el proceso democrático de nuestro país quede
atrapado por financiamientos ilícitos y otras presiones de los grandes
intereses?
6 ¿Con qué
herramientas regulatorias cuenta el gobierno mexicano para evitar que se
impongan las prácticas de depredación que puedan cometer las empresas privadas
que participarán en el sector?
7 ¿Cómo asegurar que
la reforma incremente la productividad de Pemex si no se enfrenta el problema
de la corrupción dentro del sindicato?
8 Si Pemex aportó
durante 70 años más de la mitad del presupuesto federal (con el que se
construyó la infraestructua nacional, se sostuvo la educación y los servicios
de salud gratuitos), ahora que el aporte del petróleo no irá directamente de
Pemex a las arcas, ¿cómo se cubrirá dicho presupuesto?
9 ¿Cómo asegurar que
las utilidades no se canalicen a la expansión de la burocracia sino que lleguen
al propietario original de esos recursos, que es el pueblo mexicano?
10 Dos experiencias
desastrosas permanecen en la memoria de los mexicanos: la quiebra de 1982
(luego del dispendio, la ineptitud y la corrupción que caracterizó el manejo de
la riqueza petrolera de los años 70) y las reformas discrecionales y opacas de
tiempos de Salinas de Gortari, buenas para las manos privadas pero dudosas para
los consumidores.
¿Qué nos garantiza
que esas experiencias, que han ahondado los abismos sociales, no se repitan?
Usted y su partido cargan con la responsabilidad histórica de estas reformas.
¿Cree realmente que el Estado mexicano tiene los instrumentos para llevarlas a
cabo con eficacia, sentido social y transparencia?
Le agradezco la
atención a esta carta.
Quedo, junto con
muchos mexicanos, en espera de su respuesta.
Respetuosamente,
Alfonso Cuarón.
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