Se dio a conocer que en
Michoacán coexisten 12 especies de serpientes terrestres, una marina y una
lagartija que son venenosas y que ponen en potencial riesgo la vida de seres
humanos pero que al mismo tiempo ofrecen invaluables servicios ambientales como
controladores de organismos catalogados como plagas y fundamentalmente como
generadores de enzimas que son básicos en la industria farmacéutica donde se
usan para la manufactura de medicamentos. Las más frecuentes son del género
Crotalus o serpientes de cascabel.
Esto fue dado a conocer por
parte Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales (INIRENA) de la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, que destaca la importancia
biológica y ambiental de estos reptiles en el ambiente local.
Por ello investigadores del
Laboratorio de Herpetología del INIRENA cuentan con una guía y clave de
identificación llamada Reptiles Venenosos de Michoacán para los especialistas y
sobre todo para que el público en general tenga un mayor conocimiento de estos
organismos que hoy requieren de acciones emergentes de protección y conservación
para salvarlos de la extinción ante el avance de los procesos de urbanización.
Este texto elaborado por los
doctores Javier Alvarado Díaz e Ireri Suazo Ortuño, investigadores del INIRENA
es un libro que surge como respuesta a la demanda de contar con una guía
ilustrada de identificación de estos reptiles venenosos que contribuya a
disminuir el temor de las personas sobre estos extraordinarios animales y al
tiempo, para promover una actitud de respeto y valoración hacia estos
importantes componentes de la naturaleza que habitan en Michoacán y que este
año registrará la actualización de sus datos.
En comunicado de prensa se
destacó que esta guía contiene fotografías en color para una identificación
primaria de los organismo y un mapa de distribución que señala los municipios
donde se ha registrado formalmente su presencia. Contiene además datos
importantes como su nombre común, nombre científico, la descripción general de
los ejemplares y comparación con otras especies similares con presencia en la entidad
para su correcta identificación, tipo de hábitat y su historia natural.
De acuerdo a Alvarado y Ortuño,
sólo 11 de las 81 especies de serpientes debidamente registradas para Michoacán son venenosas, además de una
especie de lagartija de las 46 reportadas en la entidad ponen en riesgo la
salud humana. Además existen otras serpientes que técnicamente se denominan
opistoglifas que poseen un tipo de veneno de baja potencia y concentración que
es además poco tóxico y que no representa peligro para los seres humanos.
Incluso advirtieron que algunas
de estas especies venenosas presentan una baja densidad y se encuentran tan
infrecuentemente que representan un riesgo mínimo para los michoacanos y
visitantes.
No obstante esto, el
desconocimiento general de estos organismos, el miedo ancestral y sobre todo la
imposibilidad de una identificación correcta, ha generalizado su persecución y
muerte a pesar de ser incidentalmente útiles a los seres humanos pues se
alimentan de otros especies que muchas veces son considerados como plaga.
Esta
clave de identificación se complementa con información para que las personas
tomen precauciones con relación a estos animales en los medios urbano y rural,
una explicación sumaria de los venenos y su toxicidad y recomendaciones preventivas
y acciones de contingencia ante una eventual mordedora de una serpiente
venenosa.
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