En
todo hogar existe la posibilidad de que los bebés y niños pequeños chupan y
tragan pilas desechables hacen que su organismo presente ciertas cantidades
dañinas de metales pesados como plomo, cadmio o mercurio.
Por
ello, y para extraer de la sangre esos metales tóxicos, José Rogelio Rodríguez
Talavera, jefe del Departamento de Ingeniería Molecular de Materiales del
Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM, ha desarrollado
un método que, a nivel experimental, funciona a partir de una propuesta
sencilla y ayuda a eliminar estos contaminantes en el cuerpo humano.
A
lo cual indicó que “la idea vino de una estudiante de licenciatura que trabaja
en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a donde eventualmente llegan
niños que se han comido una pila y se intoxican con plomo, cadmio o mercurio”.
En
el hospital los médicos utilizan unas pinzas químicas llamadas quelantes, que
forman complejos con iones de metales pesados, pero no los sacan del organismo,
así que se quedan ahí por mucho tiempo y pueden tener consecuencias
desastrosas, como envenenar al organismo.
Mas
para resolver el problema, Rodríguez Talavera recurrió a un proceso llamado
deflexión por campos magnéticos, que reúne y desvía los iones metálicos hacia
un sitio, del cual posteriormente se pueden extraer.
Dijo
que “existe un problema en física que consiste en que al haber cargas y un
campo magnético producido por un imán, aquéllas se mueven hacia un lado, es
decir, se deflectan. De ahí viene la idea: si se deflectan, los iones se
concentran y ya reunidos pueden sacarse del organismo”.
En
la primera fase de experimentación, el físico y sus colaboradores instalaron
una celda con agua a la que añadieron plomo y un campo magnético intenso
generado por unos imanes.
Precisó
que “el campo magnético deflectó los iones de plomo hacia un lado de la celda y
los sacamos con una jeringa. Después esperamos un tiempo, siguió fluyendo el
proceso, repetimos el procedimiento y así removimos los metales pesados. Si no
ponemos el campo no se concentran los iones y tendríamos que hacer muchas
extracciones para poder removerlos”.
Con
este método, los científicos prácticamente duplicaron la concentración de iones
extraídos, lo que redujo significativamente el número de veces que se hizo la
extracción. “También se deflectan los iones ligeros, provenientes de calcio o
sodio, pero esos se pueden recuperar fácilmente al beber electrolitos”.
El
método no es doloroso ni invasivo. “El paciente no sentirá nada. Sólo se pone
una manguerita, pasa por el campo magnético y sale con los metales. La
extracción se puede hacer cada dos o tres minutos. Nuestro cálculo es que con
tres o cuatro sesiones de un par de horas se reduce considerablemente la concentración
de los iones de metales pesados”, dijo.
El
método funciona bien a nivel laboratorio, pero falta probarlo en otras etapas,
primero con un modelo animal y luego con seres humanos. “El proyecto
experimental se terminó hace dos meses y ya se envió a publicación, ahora se
harán las pruebas en sangre y luego en un paciente, que será primero un ratón o
rata”, aclaró.
Al
ingerir por accidente cantidades considerables de iones metálicos, éstos van al
torrente sanguíneo, de donde se distribuyen al organismo y causan problemas
severos de salud. “Ahí es donde este método puede ser implementado y ayudar a
la recuperación del paciente”, destacó Rodríguez Talavera, quien en este mes
comenzará a trabajar con modelos animales para avanzar en las pruebas.
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