El
Valle de México es una zona de riesgo con proyecciones de agotamiento de sus mantos
acuíferos; el adverso panorama exige la participación directa de la sociedad junto
con las autoridades en el uso racional del agua y en la aplicación de una escrita
política de reordenamiento urbano, aspecto en el que coincidieron diversos
investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La
investigadora Fabiola Sosa Rodríguez, del Departamento de Economía de la Unidad
Azcapotzalco de la UAM, señaló que el abastecimiento del vital líquido depende en
iguales proporciones del Sistema Lerma-Cutzamala y del agua subterránea, pero
lamentablemente de los mantos acuíferos se extrae el doble de su capacidad de recarga;
incluso “hay pozos de extracción que están en situación de veda, que por
seguridad deberían suspender o minimizar la extracción”.
Sin
embargo, la excesiva dependencia de abasto obliga a que se prosiga con la
explotación e importación de fuentes externas, porque el objetivo central de la
gestión es el abasto para una población creciente que necesita del recurso.
Por
ello, explicó debe replantearse el modelo de urbanización en el Valle de México,
considerando la capacidad de recarga del subsuelo, la disponibilidad y la posibilidad
de abasto del vital líquido.
Ya
que el problema requiere de soluciones como resultado de la participación conjunta
de la población, las autoridades y el sector empresarial, y mencionó que “para construir
una visión integral que garantice que el agua se empleará de manera racional y
en forma consciente”, porque hay zonas donde una persona utiliza más de mil
litros al día y otras donde no se garantiza el consumo mínimo para la calidad
de vida.
La
profesora-investigadora lamentó la falta de interés y compromiso ciudadano en
la materia, como la indiferencia en la aplicación de políticas públicas que
contengan la excesiva concentración en una zona que pierde sus áreas verdes y capacidad
de recarga de agua por la regularización de asentamientos irregulares.
Cabe
recordar que para 2100 en la Ciudad de México se pronostica que la temperatura
podría aumentar en 2.8 grados y las precipitaciones podrían disminuir entre 10 y
50 por ciento.
Por
su parte, el doctor Agustín Felipe Breña Puyol afirmó que si bien el ciclo
hidrológico continuará, sí se agotará el líquido de los acuíferos. “Hay una
gestión errónea respecto al agua, se carece de planeación hidrológica y de un ordenamiento
territorial”.
El
académico adscrito al Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la
Unidad Iztapalapa indicó que las mismas adversidades que presenta el Valle de
México “se repite para las más de 55 zonas metropolitanas del país, donde hay desabasto,
mala calidad de agua e inundaciones por un sistema de drenaje ineficiente”.
La
urbanización y la gestión errónea respecto al vital líquido hacen insustentable
la región centro del país, “porque para 20 millones de habitantes se carece del
agua suficiente”.
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