Construyen
nanobiosensor portable para detectar bacterias en alimentos
Científicos
de la Escuela Superior de Ciencias Biológicas (ENCB) del Instituto Politécnico
Nacional (IPN) en la Ciudad de México, construyeron, a partir de nanotubos de carbono
(NTC), un “nanobiosensor portable” de bajo costo para detectar bacterias en
alimentos.
Ello
debido a que en México existen riesgos para la salud debido a la circulación de
microorganismos patógenos como la bacteria Staphylococcus
aureus que está asociada a enfermedades transmitidas por alimentos, algunas
de sus cepas son capaces de producir enterotoxinas, las cuales al ser
consumidas a través de alimentos contaminados causan gastroenteritis.
Por
ello, la detección de esta bacteria es de suma importancia para el control de
la inocuidad alimentaria y el nanobiosensor portable tipo quimiorresistor tiene
la capacidad de detectar el citado microorganismo en volúmenes muy pequeños de
muestra y con una sensibilidad del 53.86 por ciento, la cual es mayor comparada
con otros quimiorresistores reportados.
Al
respecto, el doctor José Jorge Chanona Pérez, especialista en ingeniería de
alimentos de la ENCB, dijo que “este tipo de nanosensor puede ser regenerado
fácilmente con una solución de cloruro de sodio. Estas ventajas hacen del
quimiorresistor una opción atractiva para la futura fabricación de
nanobiosensores portables para la detección de microorganismos patógenos de
importancia en alimentos, utilizando soportes de bajo costo y de fácil
manipulación”.
El
investigador politécnico señaló que este nanobiosensor representa un paso
importante para la nanotecnología de alimentos en el país, porque abre la
puerta para el desarrollo de nanobiosensores para la detección de diferentes
analitos, microorganismos, toxinas, compuestos químicos y aromas de importancia
en los alimentos, en especial en el área de la biotecnología alimentaria.
Chanona
Pérez afirmó que la importancia fundamental de la construcción de
nanobiosensores es que permiten la detección de los analitos y microorganismos
en tiempos cortos, en comparación con los métodos tradicionales que pueden
durar más de 24 horas para proporcionar un resultado.
Y
puntualizó que es “una respuesta certera, específica y rápida es vital para el
control de la inocuidad alimentaria, monitoreo de procesos, así como para la
detección oportuna de enfermedades transmitidas por alimentos y se puede lograr
usando nanobiosensores, como fue el caso de esta investigación”, expuso el
especialista politécnico.
Dijo
que otro aspecto innovador fue usar técnicas de microfabricación que
permitieron construir el nanobiosensor sobre un portaobjetos de vidrio, el cual
es de bajo costo y diferente al silicio, que está en concordancia con las
nuevas tendencias para la construcción de nanodispositivos, porque actualmente
se busca usar soportes o plataformas reciclables y biodegradables.
El
potencial de este trabajo es que sentó las bases de la caracterización y
construcción de nanobiosensores portables que abren la puerta para crear
dispositivos más económicos, funcionales y con mayor conectividad.
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