Se
dio a conocer que la cosecha nacional de café se perfila en unos 3.0 millones
de sacos (3.9 millones de quintales) con una disminución debido a las
afectaciones por la roya, si en el ciclo 2011-12 y 2012-13 se cosecharon
alrededor de 4.4 millones de sacos (5.7 millones de quintales) en la cosecha
actual, la segunda afectada por la roya se tendría una pérdida de 1.4 millones
de sacos (1.8 millones de quintales).
Ello
significa una pérdida de un 32% en la producción. Aunado a que si el precio de
la actual cosecha estaría en un promedio de 2300 pesos el quintal es una
disminución de ingresos de las familias cafetaleras de unos 4,140 millones de
pesos.
Cabe
mencionar que se registra una disminución adicional de posibles ingresos se
debió a la baja de los precios en la Bolsa del café de Nueva York durante la
cosecha; si al inicio de la cosecha se tenían alrededor de 200 dólares las 100
libras, al término de la cosecha se colocan en alrededor de los 140 dólares.
Por la baja de precios se dejarían de recibir en promedio unos 500 pesos menos
por quintal, que con una producción de 3.9 millones de quintales serian 1950 millones
de pesos. La combinación de pérdidas de producción por la roya y baja de precios
representan alrededor de 6,090 millones de pesos.
Es
una fuerte pérdida de ingresos y no tiene comparación con los apoyos fiscales
que recibirán los productores en el 2015, ya que estos serían de unos 150
millones de pesos para cerca de 120 mil productores como estímulo la producción
y de 1,300 pesos por productor. Otro monto que se estimaría en unos 250
millones de pesos seria para instalación de viveros y compra de planta e
insumos.
La
fuerte disminución de ingresos tendrá un efecto devastador en las regiones
cafetaleras de México, ya que además de menos recursos para sobrevivir, se
tendrán dificultades para reponer las fincas de café afectadas por la roya.
Por
ello, diversas organizaciones campesinas alertaron que la Secretaría de
Agricultura (SAGARPA) sigue manejando la postura de que no hay disminución de
la producción y no se ha convocado como se ha pedido por estos organismos a
reuniones extraordinarias con el sector productor, comercializadores e
industrializadores para tener un diagnóstico claro de la situación y ver que se
va a hacer.
Además
se alertó que los grandes industrializadores de café que dominan el consumo
interno y la comercialización lo han dicho recurrentemente, que si en México no
se produce suficiente café importarían el que necesiten.
Ya se
está declarando por las grandes empresas que importaran más café este año, por
ejemplo Cafés California (filial de la Alemana Neumann la mayor compradora de
café en el mundo) dice que la producción en este ciclo solo será de 2.5 millones
de sacos, contra un consumo interno de 2.7 millones de sacos y que tienen que
importar café para cubrir sus necesidades de exportación.
El
año pasado según la ANACAFE (que agrupa a las grandes empresas que
industrializan y comercializan el café en México) se habían importado 1.8
millones de sacos los cuales un poco más de 400 mil eran de cafés arábigos,
posiblemente una buena parte de arábigos lavados (pergaminizados) como los que
en su mayoría se producen en México.
El
consumo interno se calcula en 2.6 millones de sacos y cada vez se ve más el uso
de café robusta importado (que tiene menor precio y se considera de menos
calidad) en las marcas mexicanas, en algunas presentaciones tienen no menos del
50% de azúcar y un exceso de saborizantes artificiales que son un peligro para
la salud.
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