El uso de pesticidas en la región de
Uruapan, Michoacán y otros municipios para controlar plagas asociadas al
cultivo de aguacate se ha convertido en un grave problema de salud que debe ser
atendido urgentemente para evitar no sólo el colapso de esta agroindustria sino
que puede representar un daño irreversible en la salud humana.
Al respecto, Alma Lilia Fuentes Farías,
directora del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales
(INIRENA) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, alertó sobre
esta situación que actualmente es un grave problema de salud pues existe
investigación científica que ha permitido identificar evidencias de daños en
niños, jóvenes y adultos de la región que exhiben cansancio, desequilibrios
hormonales e incluso cáncer. En las pruebas de cognición en la población
infantil también se reportan efectos negativos.
En comunicado de prensa, la investigadora
nicolaita refirió que el cultivo del aguacate se asocia indiscutiblemente a una
problemática ambiental muy seria debido al cambio de uso de suelo, la pérdida
de la cubierta forestal, los efectos negativos en la biodiversidad, la
contaminación química del suelo, aire y agua. Pero el daño más severo es la
degradación sistemática e irreversible de la salud de las personas.
Sin embargo, reconoció que esta
agroindustria es una importante fuente de divisas que sostiene la economía
regional de Michoacán e incluso genera un aporte significativo al Producto
Interior Bruto del sector agropecuario nacional.
Cabe mencionar que Michoacán es el
principal productor y exportador de aguacate en México y Uruapan es el
municipio con la mayor y más productiva superficie de cultivo de ese frutal que
se ha denominado “oro verde” por el volumen de ingresos que genera.
Consideró que la problemática ambiental
puede y debe ser atendida con prontitud pero ello implica voluntad política del
gobierno local y sus instituciones; y acciones muy severas para hacer cumplir
las regulaciones y la normatividad ambiental aunque esto demande un cambio en
las prácticas agrícolas -particularmente aquellas para el control de plagas y
enfermedades- y limitar la expansión de la superficie cultivada.
Señaló que la voluntad política para resolver
problemas ambientales y de salud de los michoacanos, puede ser sostenida con
investigación científica seria de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo que proporcione la información oportuna a y confiable para la toma de
decisiones gubernamentales.
Por ello compartió que el trabajo
científico más reciente para sustentar la gravedad del problema de salud en la
agroindustria del aguacate de Uruapan es la tesis “Efecto del uso de
plaguicidas en la actividad de la Colinesterasa en sueros sanguíneos de
personas adultas del municipio de Uruapan, Michoacán” realizada por Claudia
Isabel García Berumen, para obtener el título de bióloga en la Facultad de
Biología de la UMSNH.
Investigación que permitió documentar y
determinar el efecto negativo del uso de plaguicidas en la actividad de la
Colinesterasa en sueros sanguíneos de personas adultas de Uruapan con un
trabajo de campo y laboratorio donde se comparó la actividad de esta importante
enzima humana. La investigación derivó en la colecta de 166 muestras de
personas sanas de Uruapan y Morelia y personas que aplican plaguicidas en la
localidad de Cherato en el municipio de Los Reyes, Michoacán para hacer los
análisis clínicas y la comparación respectiva.
Comentó que las colinesterasas son enzimas presentes
en la sangre, cerebro y músculos de los seres humanos que son vitales en
algunos de los procesos fisiológicos más importantes. El problema con los
pesticidas, particularmente los organofosforados que son utilizados en la
región aguacatera de Uruapan, es que
inhiben la acción de estas enzimas y puede llegar a provocar daños
irreversibles en células sanguíneas, tejidos musculares y neuronas.
Si bien existe una clasificación médica
para la sintomatología por contaminación de organofosforados en seres humanos y
efectos negativos en las colinesterasas, en general, las personas enfermas
presentan vómito, diarrea, dolor y calambres abdominales, bradicardia que
podría generar bloqueo cardiaco, bronco-espasmo, sudoración, lagrimeo,
salivación, hipertensión, parálisis respiratoria, agitación, confusión,
delirio, convulsiones y coma; en caso extremo sobreviene la muerte, dijo la
especialista ambiental del INIRENA.
Finalmente, concluyó que el sistema de
producción del aguacate en Michoacán debe ser revisado urgentemente para
mitigar los efectos y evitar que los daños al medio ambiente sean totales. Pero
por encima de cualquier otra cosa, debe detenerse la paulatina pero
irreversible degradación de la salud de los habitantes de Uruapan y de otros
municipios en regiones aguacateras de Michoacán.
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