Los
viajes espaciales no solo necesitan de naves, cohetes y astronautas.
Estos últimos requieren cubrir sus necesidades en el espacio, así
como lo hacen en la Tierra. Para ello, existen grupos de
investigación dedicados a desarrollar la tecnología y conocer la
alimentación de los humanos en el espacio.
En
este tenor, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio
(NASA, por sus siglas en inglés) dio a conocer en la pasada 22a
Semana Nacional de Ciencia y Tecnología celebrada en el Zócalo de
la ciudad de México, qué es lo que comen los astronautas en el
espacio.
Desde
bebidas de mango, ponche tropical, waffles, sopa de vegetales,
espagheti con salsa, tortillas, entre otros, son algunos de los
alimentos que se consumen en la Estación Espacial Internacional
(ISS, por sus siglas en inglés), contrario a lo creído y a lo que
fue al principio de la era espacial, época en que los alimentos se
trataban de una desabrida pasta nutrimental en un tubo como el de una
pasta dental. No obstante, toda esta comida de distintos sabores y
texturas requiere de procesos de análisis para conocer la cantidad
de minerales, vitaminas, calorías y nutrientes que contienen para
poder brindar una alimentación saludable.
Antes
de que el astronauta salga al espacio, se reúne con un científico
que le ayuda a definir lo que consumirá durante el día, tres veces
al día, y que cumpla con una cantidad de dos mil a tres mil 200
calorías dependiendo de su sexo y tamaño corporal. En el espacio,
al igual que en la Tierra, no se debe basar la alimentación sana en
una dieta de frutas y verduras solamente, “como todo ser humano, es
importante que los astronautas consuman lo que les gusta. Porque si
les das algo que no les agrada, no lo van a consumir. Muchas veces
esa es la meta”, explicó la ingeniera aeroespacial del Johnson
Space Center, Dalia Quintanilla Riojas.
Puesto
que la ISS tiene condiciones de microgravedad, es necesario que las
bolsas plásticas recipientes de los alimentos tengan un elemento que
las mantenga en un lugar y no se desplacen sin control por toda la
nave. Las pequeñas bolsas de comida cuentan con velcro en la parte
posterior que se sujeta a una charola y evita su dispersión.
Actualmente,
los sistemas de comida implementados en la ISS son pequeñas bolsas
de un plástico especial que mantienen la comida en vacío y
deshidratada. Las bolsas deben estar selladas con mucho cuidado,
puesto que si llegaran a romperse ya no podrían ser consumidas. Una
vez que se quieren consumir, se les añade agua para hidratar y poder
ingerir.
En
las naves de las próximas misiones esto no será posible puesto que
no se viajará con más del agua necesaria porque implicaría mayor
peso del vehículo y, por ende, mayor gasto en el lanzamiento. Es por
ello que los ingenieros de la NASA ya trabajan en otro sistema. “Para
hacer esto, mucha de la comida se tendrá que reempaquetar en el
sentido de que no se permitirá comida que pueda desprender
partículas, porque esto ocasionaría daños a los astronautas, por
ejemplo en un ojo, o tapar un filtro, por lo que siempre debemos
tener especial cuidado con este asunto. La comida irá empaquetada
por día y estará lista para comerse”, agregó la investigadora.
En
cuanto al viaje al planeta rojo, Marte, la comida de los tripulantes
de la nave deberá estar mucho más preservada dado el número de
semanas y meses que tardarán en llegar a su destino planetario. Hoy
en día en la ISS ya se siembran algunas verduras, como la lechuga,
en muy pequeñas cantidades, que aún no alcanzarían para viajes
interplanetarios, comentó Humberto Sánchez, ingeniero mecánico de
la NASA.
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