Los cambios de temperatura en la Ciudad
de México y la Zona Metropolitana se deben particularmente a la pérdida de las
masas de agua que en los últimos 500 años se ha registrado, señalan
investigaciones del doctor Ángel Ruiz Angulo, adscrito al Centro de Ciencias de
la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las
cuales realizó con un modelo de simulación numérica para pronosticar el tiempo
meteorológico: el Weather
Research and Forecasting (WRF) Model.
Este experimento numérico tiene como
objetivo replicar el conjunto de lagos que conformaban el sistema lacustre hace
500 años y, mediante el uso del modelo de simulación para el pronóstico del
tiempo meteorológico (WRF), se representaron las condiciones del uso del suelo
actuales, así como el sistema lacustre sintético. Los resultados muestran un
impacto térmico significativo en el tiempo meteorológico generado por la presencia
del cuerpo de agua, aseveró el investigador.
El área de estudio fue la cuenca del
Valle de México localizada en la planicie central donde el sistema de lagos
estaba conformado por los lagos de Texcoco, Xochimilco, Chalco, Xaltocan y
Zumpango.
El investigador declaró que “las continuas modificaciones antropogénicas realizadas sobre el sistema lacustre por los asentamientos humanos desde los aztecas, la Colonia y etapas posteriores, han resultado en que actualmente se conserve únicamente 1.33 por ciento de la superficie original”.
El investigador declaró que “las continuas modificaciones antropogénicas realizadas sobre el sistema lacustre por los asentamientos humanos desde los aztecas, la Colonia y etapas posteriores, han resultado en que actualmente se conserve únicamente 1.33 por ciento de la superficie original”.
Añadió que “durante la temporada de
calor sentimos más calor durante el día y en las noches se siente un frío más
intenso, y esto es parte de cómo hemos cambiado nuestro ambiente, es un
microclima que no ha sido estudiado a fondo”.
Para realizar las simulaciones de este
estudio se empleó la versión 3.6 del modelo WRF, que es un sistema de
simulación atmosférica y predicción numérica del tiempo creado en los noventa,
capaz de simular escalas meteorológicas desde decenas de metros hasta cientos
de kilómetros.
La herramienta que se utilizó para
llevar a cabo dicho trabajo, el WRF, son modelos matemáticos de pronósticos,
mismos que se utilizan para indicar si lloverá mañana o qué temperatura habrá.
En este caso se hizo la suposición y el cambio de usos de suelo; en vez de zona
urbana se utilizó la existencia de las masas de agua que se ubicaban en la
zona.
“La respuesta de estos tipos de modelos
es casi inmediata ante lo que uno predetermina en el tipo de suelo. Utilizando
este modelo matemático hicimos un experimento numérico que, en otras palabras,
sería como suponer que si yo inundara la Ciudad de México, como lo era hace 500
años, y corro mi modelo numérico, la temperatura cambiaría”, aseveró.
En relación con los cambios debidos a la
variabilidad natural, e incluso al cambio climático debido a causas
antropogénicas, el impacto que conlleva la pérdida de casi la totalidad de mil
500 kilómetros cuadrados de cuerpos de agua es considerable; la desaparición ha
generado un microclima con un calentamiento regional de hasta 5.78 centígrados.
Según Ángel Ruiz Angulo, el resultado
del experimento mostró evidencias cuantitativas en relación a que el impacto de
la pérdida de los cuerpos de agua tiene un impacto térmico. "La Ciudad de
México no se construyó de manera sustentable, cada vez los niveles de ozono son
mayores, el agua que utilizamos es deficiente, solo se potabiliza 8.7 por
ciento de esta, y se generan más de 22 mil toneladas de basura al día. Las
mejores actitudes para cambiar el panorama actual de la ciudad empiezan por el
ciudadano; cuidar el agua y reciclarla es primordial", concluyó.
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