Regina
Hernández Gama, investigadora del
Instituto Politécnico Nacional (IPN), dio a conocer que realiza una
investigación en base a la diversidad microbiana en yacimientos petroleros y el
uso de estos microorganismos para mejorar la recuperación de crudo cuando decae
su producción.
La
científica del Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología
Avanzada (CICATA), Unidad Querétaro, entidad ubicada a tres horas de la capital
mexicana, recordó que el petróleo es un energético que se agota y
en algún momento deberá reemplazarse, sin embargo, durante la transición a
nuevas fuentes energéticas es importante que la recuperación del petróleo sea
económica, eficaz y, en la medida de lo posible, tenga un menor impacto
ambiental, para lo cual los microorganismos participan.
Hernández
Gama explicó que mediante la tecnología de extracción mejorada, conocida como
MEOR (Microbial Enhanced Oil Recovery), trabaja con la bacteria extremófila Thermoanaerobacter mathranii,
microorganismo hipertermófilo que resiste temperaturas de hasta 80 grados
Celsius (°C), la cual produce etanol, hidrógeno y emulsificantes o
surfactantes.
El
microorganismo es una herramienta biotecnológica porque está adaptada a las
condiciones del yacimiento y auxilia en la extracción de petróleo al generar la
disolución de carbonatos de las rocas.
Asimismo,
dijo que como resultado de la fermentación se obtiene la disminución de la
viscosidad del aceite en presencia de gases miscibles, lo que produce
surfactantes o agentes modificadores de la mojabilidad y la adhesión de las
células a las rocas.
Explicó
que los biosurfactantes son agentes
químicos que cambian la tensión superficial del agua y del petróleo, y forman parte de los compuestos
biológicos que se cree pueden generar más impacto en las condiciones de los
yacimientos e impulsar un incremento en la recuperación de petróleo.
En
las pruebas efectuadas por la investigadora se observó que las células de este
microorganismo estabilizan las emulsiones de petróleo y agua, por lo que
favorecen el desplazamiento del crudo en el yacimiento.
Algunos
biosurfactantes tienen aplicaciones en la salud como vehículos de fármacos e
inhibidores selectivos de la proliferación de células cancerosas, ya que rompen
las membranas y desencadenan la apoptosis (muerte
celular programada).
Hernández
Gama aseguró que si se identifican estos compuestos se podrían aplicar en
diversas áreas como la industria alimentaria; en la agricultura para combatir
plagas, mejorar la biodisponibilidad de nutrientes y la calidad del suelo, así
como en la formulación de plaguicidas.
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