"La naturaleza puede
construir puentes entre las naciones, afirmó Alexandre Roulin, de la
Universidad de Lausana, autor de un trabajo sobre esta cuestión ecológica en
Oriente Medio.
Detalló que aunque hemos
desarrollado esfuerzos en Oriente Medio, entre ellos Israel, Jordania y la
Autoridad Palestina, esperamos que nuestro trabajo se convierta en una
plataforma para estimular iniciativas similares en todo el mundo".
Roulin relata su experiencia
en 'Trends in Ecology & Evolution', un trabajo realizado junto con el
coautor Yossi Leshem, de la Universidad Tel-Aviv, en Israel, que notó que los
agricultores israelíes estaban usando veneno para matar a los roedores desde
hace décadas.
El problema era que las aves
depredadoras naturales de los roedores también estaban muriendo por
envenenamiento. Tardaron años, pero en última instancia convencieron a los
agricultores y al Gobierno israelí que eliminaran el uso de los pesticidas y
comenzaran a construir nidos para los búhos y los cernícalos.
El esfuerzo ayudó a proteger
la vida silvestre sin aumentar la pérdida de cosechas porque cada par de búhos
puede producir 11 progenies en un año y esos búhos, a su vez, consumen miles de
roedores al año.
Incluso, los científicos
comenzaron a darse cuenta de que los agricultores de Jordania y la Autoridad
Palestina se enfrentaban a desafíos similares, que debían abordarse a escala
regional. También comenzaron notar que el proyecto podría unir a jordanos,
israelíes y palestinos por una causa común a pesar de sus diferencias
religiosas y políticas.
Relató que muchos ejemplos
en los que las personas que participaron en el proyecto a lo largo de los años se
han reído y bromeado juntos, visitado los lugares de culto y han hecho muchas
otras cosas juntas.
Dijo que es mejor empezar
desde abajo. Al documentar los éxitos a pequeña escala, se pueden comenzar a
identificar socios comprometidos en otros lugares y, en última instancia, los
esfuerzos de programas como el suyo llamado 'Los pájaros no saben de fronteras'
se pueden ampliar a una escala nacional e internacional.
Explicó que "la
combinación de la conservación de la naturaleza y la construcción de la paz no
sólo es importante, sino que también trae un nuevo mensaje de esperanza que
nuestra sociedad está buscando. Esperamos persuadir a la comunidad
internacional para considerar este tipo de proyectos como instrumentos
diplomáticos para pavimentar el camino hacia la paz".
Su proyecto en Oriente Medio
ha seguido sin detenerse a pesar del conflicto, lo que ha llevado a que se
interesen por él los ejércitos suizo y chino.
También hay esperanza de que
un esfuerzo similar podría ser un punto de partida para reunir a personas de
Corea del Norte y Corea del Sur. "Ideas inesperadas, como trabajar
científicamente con los búhos, pueden ser fuente de gran inspiración para temas
que son mucho más grandes que nuestras preguntas científicas", celebró.
Este investigador y sus
colegas esperan ahora lanzar un programa educativo en Europa, para animar a la
conexión entre niños de Europa y Oriente Medio y para concienciar sobre la
interdependencia de la naturaleza a una escala global.
Los esfuerzos para conservar
los recursos naturales presentan una oportunidad para encontrar un terreno
común entre comunidades en conflicto, creando confianza y renovada esperanza de
paz.
MEDIO ORIENTE, UNA ZONA
DONDE EL CAMBIO CLIMÁTICO CAMBIA LA VIDA
En el futuro cercano, el cambio climático en gran
parte de Oriente Medio y el Norte de África podría cambiar la manera de vivir,
la existencia de los habitantes corre peligro", declara Jos Lelieveld,
director del Instituto Max Planck de Química y profesor del Instituto de Chipre
en Nicosia.
Detalló que más de 500 millones de personas viven
en Oriente Medio y el Norte de África, una región muy caliente en verano y
donde los cambios climáticos ya son evidentes. Un caso es que el número de días
calurosos se ha duplicado desde 1970.
Los científicos predicen que durante los días
calurosos las temperaturas alcanzarán los 46 grados centígrados a mediados del
siglo XXI. Los días en extremo calientes ocurrirán cinco veces más a menudo que
a finales del siglo XX.
Además, la duración de las olas de calor en Oriente
Medio y el Norte de África se prolongará de forma espectacular. Entre 1986 y
2005, el periodo de los días calientes se alargó unos 16 días, a mediados de
siglo serán 80 días y a finales, 118 días, incluso si las emisiones de gas del
efecto invernadero disminuyen después de 2040.
ISRAEL CONSTRUYE LA TORRE
SOLAR MÁS GRANDE DEL MUNDO
El país de Israel dio a conocer que construye la torre solar más
grande del mundo llamada Ashalim en medio del desierto de Néguev y apuesta
a las energías renovables.
La torre medirá 240 metros, podrá verse a
decenas de kilómetros a la redonda y comenzará a funcionar a finales de 2017.
Al pie de la construcción se extenderá un
campo de 300 hectáreas de espejos que reflectarán los rayos solares hacia lo
alto de la torre, una zona llamada “la caldera” y que, de lejos aseguran se
parecerá una bombilla gigantesca.
La misma alcanzará una temperatura de 300°C y
generará vapor que luego se canalizará hacia el pie de la torre donde se producirá
la electricidad.
En principio la idea es que la torre
suministre el 2% de la electricidad del país (121 megavatios), es decir el
equivalente al consumo de una ciudad de 110.000 viviendas. La obra será
financiada por el grupo estadounidense General Electric y se estima en 500
millones de euros.
El Estado israelí se comprometió a comprar la
electricidad durante 25 años a un precio superior al del mercado. La electricidad
que producirá la torre será de entre “dos y tres veces más cara” que la de las
centrales de carbón o petróleo por ser renovable pero el director del proyecto
Eran Garner del consorcio Megalim dijo que “el Estado acepta apostar por la
tecnología para bajar los costes a largo plazo”.
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