Nuestro país carece de estadísticas precisas sobre el número
de mexicanos que se dedican a la producción de artesanías, ni se tienen
identificadas las zonas de la República donde están instalados, lo que
dificulta la implementación de políticas de fomento artesanal por parte del
Estado.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI), en el país hay 8 millones de productores artesanales,
mientras que otras instituciones como el Fondo Nacional para el Fomento a las
Artesanías (Fonart) calcula una cifra de 12 millones. Datos de la última
Encuesta Nacional de Consumo Cultural en México (realizada en 2012) muestran
que el 13.3% de los mexicanos ha participado en la elaboración de manualidades
y artesanías.
Esto fue denunciado por Socorro Oropeza, directora de la
Unión Nacional de Productores Artesanales Coyolxauhqui, quien, representa a 15
mil artesanos de 23 entidades, la mayoría provenientes de regiones marginales.
Detalló que los datos que arroja el INEGI al respecto carecen
de precisión, pues su metodología no sólo contabiliza a quienes fabrican
artesanías, sino a los intermediarios y distribuidores, cuyas necesidades
de apoyo son muy diferentes a las de los productores directos.
Enfatizó que los esfuerzos de las instituciones designadas
para apoyar el trabajo de los artesanos son insuficientes, pues no generan
planes de ayuda que les permita resolver con claridad sus
necesidades básicas. Esto ha ocasionado que millones de productores
abandonen estos oficios, con la subsecuente pérdida de la tradición
artesanal, el incremento del desempleo y la migración.
Aunado a esto, tienen que sobrevivir frente a la competencia
desleal de los productos de origen chino que simulan ser artesanías mexicanas,
como banderas de México y figuras de santos, cuyo costo es significativamente
menor a las fabricadas por los artesanos nacionales.
Agregó que las demandas que manifiestan los artesanos se
resumen en la instalación de puntos de venta en centros turísticos, la
participación en ferias de artesanías, la agilización en los trámites de
registros de marca, la atención de problemas de salud derivados de sus
actividades y la falta de información para evitar problemas ambientales
generados por algunas ramas artesanales.
Asimismo, indicó que uno de los requerimientos más
importantes es el de contar con canales de venta directa a los productores,
pues los intermediarios suelen pagar precios muy bajos por artesanías de alta
calidad, cuya manufactura requiere de mucho tiempo y dedicación. Estos
artículos son revendidos posteriormente con un margen de ganancia de hasta
2,000%.
Teresa Ortiz, fabricante poblana de artesanías hechas de
huevo y piel de avestruz, comentó que ha tocado puertas en instituciones de
Estado con resultados infructuosos. “Nuestra situación es difícil, pues la
mayor parte de nosotros vivimos al día, y no tenemos apoyo por parte del
gobierno.”
La artesana radicada en San Nicolás de Los Ranchos, Puebla,
—municipio en el que el 82.7% de la población se encuentra en pobreza, de
acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (Coneval)—, señala que a pesar de los retos que enfrenta la
comunidad, no ha habido disminución en el número de artesanos, “pero sí existe
cada vez más miseria, pues la gente que elaboramos artesanía lo hacemos de
generación en generación y estamos aferrados a ello”.
Agregó que años atrás presentó, junto a un grupo de mujeres
artesanas, un proyecto regional ante Fonart, el cual pretendía aprovechar el
huevo y la piel de avestruz, así como abastecer de carne a los habitantes de su
comunidad, como una acción para disminuir la desnutrición infantil, pero la
respuesta que obtuvieron por parte de la institución fue negativa y no se
les dio una alternativa que diera respuesta a sus necesidades.
Ante esta situación, los productores artesanales
de México han tenido que apegarse a iniciativas no gubernamentales,
como la Unión Nacional de Productores Artesanales Coyolxauhqui, que
desde 2003 los ha apoyado con capacitación para la mejora de procesos y
terminados; y les ha abierto espacios para exponer sus trabajos.
La organización lleva a cabo de manera anual la feria
internacional Las Manos del Mundo, con la participación de 250 empresas
artesanales de 14 entidades del país, que este año se llevará a cabo en el WTC
de la Ciudad de México, los días 3, 4, 5 y de agosto.
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