Que el hombre mire a las estrellas
y se pregunte sobre la vida en otros planetas no es algo nuevo, sin embargo,
solamente la ciencia de los últimos dos siglos nos ha dado las herramientas
para empezar a explorar y responder a nuestras preguntas iniciales. Actualmente
se sabe que la Tierra es el único planeta del Sistema Solar con las condiciones
óptimas para albergar vida, pero no por ello los climas del resto de los
planetas dejan de ser igual de fascinantes.
El doctor Víctor Manuel Mendoza, del Centro de las
Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
explicó a detalle las condiciones climáticas y atmosféricas de Marte, Venus y
la Tierra en su charla titulada: “El sol y la atmósfera de los planetas. Una
simulación climática”, que ofreció en el Museo de la Luz.
Uno de los puntos más destacados de la comparación
entre Venus, la Tierra y Marte es la densidad de sus atmósferas que, como
comentó el especialista, es en gran medida la responsable de la temperatura
interna del planeta en cuestión.
Añadió que “el Sol manda su energía a los planetas y
calienta sus atmósferas, principalmente a través del efecto invernadero, en el
que una parte de la radiación solar penetra a la superficie que se calienta y
los gases de la atmósfera atrapan esa radiación calentando la atmósfera”.
Mientras que Marte tiene una atmósfera muy tenue,
compuesta principalmente de bióxido de carbono, la atmósfera de la Tierra es
más pesada y se compone de nitrógeno y oxígeno.
Expuso que “la Tierra es un planeta hermoso, está
cubierto en su mayor parte por océanos y nubes, que cubren un 65 por ciento de
nuestro planeta”, dijo el investigador del CCA, quien agregó que es justamente
gracias a esas nubes que el planeta conserva una temperatura fresca, ya que protegen
de la radiación solar.
Algo importante a destacar es que la Tierra y Marte
tienen climas muy similares si se les compara con Venus. “Venus es un planeta
espectacular, está completamente cubierto por nubes que se encuentran en 50
kilómetros de altura y son esponjosas con un espesor de 20 kilómetros; cubren
todo el planeta. Antes se pensaba que su superficie era fresca y habitable, sin
embargo, cuando descendieron las naves rusas encontraron temperaturas de más de
600 grados centígrados. Es lo más parecido al infierno”.
Pero el clima de un planeta no solo depende de su
atmósfera, sino de los parámetros orbitales. Por su parte, el físico Milutin
Milankovitch “estableció una relación geométrica de cómo los planetas van a
recibir la radiación de nuestro Sol”. Esta relación geométrica estudia el
desplazamiento elíptico que hacen los planetas en su recorrido de traslación
alrededor del Sol y dependiendo de la excentricidad de la órbita (si la elipse
es alargada o más circular) variará la cantidad de radiación solar que los
planetas reciban.
“La radiación solar y los parámetros orbitales es lo
que hace al clima de un planeta (…) Venus es aburrido porque es constante, un
infierno; Marte en el que un tercio de su atmósfera se condensa en hielo seco y
luego se sublima, y nuestro clima que es verdaderamente espectacular, esa
cantidad de nubes que cubren nuestro planeta y lo mantienen habitable”,
concluyó el doctor en ciencias.
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