Con un texto sobre el amor, el Premio Nobel colombiano
sigue presente en el gusto de los lectores mexicanos que reencontrarán en el libro
Diatriba
de amor contra un hombre sentado, un reflejo
de la vida en pareja y, sobre todo, de los límites de la libertad para cada uno
de los integrantes que la conforman.
Este
libro es publicada por editorial Diana, en donde Gabriel García Márquez muestra
una faceta más: la de autor de obras de teatro, para recrear un monólogo que
aborda la separación de los cónyuges a la par que se vive o disfruta de
experiencias que llegan aparejadas con la movilidad social.
La obra de
teatro ha sido representada en algunos países de América; sin embargo, hasta
ahora es publicada en México, lo que sin duda constituye una enorme oportunidad
para seguir disfrutando de la obra del colombiano universal que murió en 2014.
Aunque la
obra es pensada para una mujer, que es quien lamenta la ausencia del marido, no
hay un discurso feminista que influya en la temática de los problemas históricos
y sociales sobre la infelicidad humana.
García
Márquez apuesta por una crítica hacia que en todas las sociedades se persigue
más la ganancia económica individual que el bienestar humano y, en ese
contexto, resulta claro que las actuales relaciones sociales impiden que el
amor se realice, ya que por lo general la mayoría está en busca de un
determinado estatus económico que puede socavar los sueños y deseos más
románticos.
“Lo cierto
es que la felicidad no es como dicen, que solo dura un instante y no se sabe que
se tuvo sino cuando ya se acabó. La verdad es que dura mientras dura el amor,
porque con amor hasta morirse es bueno”, es la frase que resume el drama de
Graciela, la mujer desconsolada a punto de cumplir 25 años de matrimonio.
Cabe
recordar que García Márquez, es uno de los escritores más aclamados por la
crítica literaria. Sus obras han trascendido de generación en generación,
convirtiéndose en lectura obligada. En 1947 publicó en el diario El Espectador
su cuento “La tercera resignación”. Al año siguiente comenzó su actividad
periodística como colaborador en el diario El Universal, de Cartagena. En 1955
publicó su primer libro, La hojarasca, en el que ya bosquejaba el mundo
fantástico de Macondo, cuyo esplendor lograría en Cien años de soledad. Su
brillante trayectoria literaria fue coronada con el Premio Nobel de Literatura
en 1982.
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