El Fondo Nacional para el Fomento de las
Artesanías (Fonart) durante la entrega del premios a los ganadores
del cuarto Concurso de Grandes Maestros del Patrimonio Artesanal de México
2017, en las diversas opiniones recabadas por este reportero de los artesanos
presentes, está la coincidencia que la madera, la creatividad, la paciencia son
parte esencial de este profesión que dignifica las tradiciones de las entidades
del país, “hay que dejar que trabaje la madera, antes de crear una pieza”, se
detalló.
La ganadora de este certamen, Bertha Miranda García, de Olinala,
Guerrero, comentó que su pieza ganadora se confeccionó con madera de lináloe,
que busca transmitir esmero y esfuerzo de su región de tierra caliente, con
gran tradición artesanal y los grabados son inspirados por la herencia de sus
ancestros.
Este trabajo se
sustenta en primera instancia en la madera que se deja trabajar por si sola,
para luego curarla, bañarla para evitar tenga plagas, que no se tuerza al
secarse, todo ello antes de darle forma, proceso que tarda más de un mes. Para
posteriormente darle su decorado de figuras.
Detalló que la
madera trabaja, y el artesano siempre tiene en cuenta que se debe realizar de
gran manera ese trabajo de la propia madera, pues recalcó de otra forma el
producto no cumpliría sus expectativas de calidad que se marcan en el mercado
artesanal.
Recalcó que los
diseños que se dan en este tipo de artesanías es un gran reto y desde el pensar
en una caja u otra artesanía se despierta la imaginación y los sentimientos de
su creador para que los decorados sean singulares.
Desde los animales,
los ecosistemas, los pasajes que se perpetuán en la caja son reflejo de toda la
historia que les rodea, como es el homenaje que en las fiestas locales realiza
la gente al vestirse de jaguar.
Sobre la necesidad
de mantener viva la profesión de artesano, indicó que los menores que quieran
este trabajo como una manera de vivir, es tener paciencia, creatividad y
aprender mucho de los maestros y maestras de la madera, la pintura, la
decoración, etc.
Cuando era una niña
veía a mis padres trabajar otra labor, como juguetes de madera, cuando me casé
mi esposo me enseñó a elaborar la artesanía”, expresó la ganadora de 125 mil
pesos.
Abundó que la
pasión que tiene su esposo por la artesanía proviene de varias generaciones,
por lo dijo sentirse orgullosa de que su esposo sea reconocido como un gran
maestro, y por lo mismo ahora enseña a su hija, de ocho años de edad, a hacer
flores, animales, lo que además le gusta.
En este certamen se
dio a conocer que Bertha Miranda García, por su caja de madera de lináloe,
recibió el Galardón Nacional, máxima distinción del IV Concurso Nacional de
Grandes Maestros del Patrimonio Artesanal México 2017, otorgado por el Fondo
Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart).
Por su parte, Raymundo
Franco, artesano de la comunidad de Olinala del estado de Guerrero, otro de los
galardonados, indicó que su producto, una caja de madera de lináloe con cajonera
con una hoja de 24 kilates, le llevó un mes de confección.
Este joven viene de
una familia que tiene un taller de artesanías e indicó que en el caso de
realizar artesanías, lo complicado y fácil deviene de la imaginación de ir
realizando desde una pieza y sus decorados como añadidos.
Comentó que en este
taller de artesanos familiares trabajan todo tipo de madera desde pequeños
artefactos y cajas u orfebrería grande. Para contactar a estos artesanos.
Asimismo, en esta
cuarta edición se premió a 22 maestros artesanos ganadores en distintas
categorías: Galardón Nacional, tres Premios Especiales de Rescate, Técnica y
Diseño; nueve Premios a la mejor pieza por rama artesanal y nueve Menciones
Honoríficas. Certificados que fueron entregados por Liliana Romero Medina, directora del Fonart.
En esta premiación
se otorgaron los Distintivos Moderniza Artesanal a 17 creadores representantes
de talleres atendidos en el proyecto de Corredores Turísticos Artesanales,
programa implementado por Fonart, el cual opera un recorrido que permite al
turista conocer y visitar los espacios dedicados a la elaboración y
comercialización de una artesanía.
Por su parte, Rosel
González Montoya, de Chiapa de Corzo, Chiapas, que se hizo merecedor del Distintivo
M, por su trabajo artesanal, indicó que este se debe a ser cabeza de un taller
familiar que se enfoca a piezas de madera y ámbar.
Este taller, dijo,
es una escuela vivencial, que ayuda a que diversos jóvenes universitarios a quienes
desde muy pequeños están trabajando en temas artesanales.
Indicó que en este
taller escuela se han creado cuatro talleres derivados de este proyecto y dando
oportunidad de establecer unos 20 autoempleos. Este proyecto, detalló que se ha
realizado en diversos cursos en cerezos penitenciarios hasta universidades.
Dijo que es mucha
diferencia el enseñar a un preso a un universitario, ya que el segundo quiere
saber de conocer la vida del artesano y su valor social en su comunidad y sus
piezas. Mientras que alguien privado de
la libertad, de comienzo se acercan para tener una mejor manera de trabajo y
vida.
“En un trozo de
madera, ya dentro del mismo están las piezas, sólo es cuestión de saber quitar
lo que tiene de sobra con las herramientas que ayudan a limpiar y pulir esas
artesanías que se esconden en la madera o el ámbar”.
Finalmente, Tomás
Castillo, de El Oro, Edomex, el otro galardonado del Distintivo M, dijo que en
su caso se debe a su trabajo de ceramista que le ha permitido el divulgar sus
creaciones.
Dijo que su
proyecto es un taller Cerámica Castillo, que da empleo a cinco integrantes de
su familia, que llegan en ocasiones a crear desde 100 a 300 piezas por semana.
Siendo vajillas y tazas los productos más solicitados, pero ello, no significa
de no crear otras de adorno o de utilidad en el hogar.
Detalló que es
arcilla, sílice, sulfatos, entre otros minerales que son mezclados que derivan
en esta tierra que al ser tratada como barro que es cocido y acabar con los
brillos de la cerámica.
El brillo y barniz
de las piezas es mezcla de minerales que va arriba de los 1200 grados que
deriva en los brillos blancos, rojos, naranjas, beige, que atraen tanto el
gusto de las personas. Relató que en piezas especiales como grandes jarrones
con decorados complejos para el hogar llega a tener un tiempo de terminado de
hasta 20 días.
Este hombre tiene
28 años de experiencia, y que hoy, relató le ha llevado a seguir siempre
aprendiendo, más con los nuevos materiales que requiere la cerámica y más ahora
que la difunde en sus hijos y otras generaciones jóvenes que quieren dedicarse
a ello. Siendo un tema, que dijo, se transmite al reflejarles el amor y esmero
que conlleva el crear algo, siendo ello el punto principal para motivar a las
nuevas generaciones.
Los beneficios de
este tipo de certificaciones es amplió al permitir capacitar a la gente para
recibir al cliente y seguir teniendo una buena calidad en sus productos. Siendo
un gran aliciente el saber que algunas de sus piezas han acabado en Panamá,
Costa Rica y hasta Singapur.
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