En
una ceremonia efectuada en Papalote Museo del Niño, se dio la premiación del Premio
Nacional Amanda Rimoch a la Educación Ambiental, que es organizado por la
Fundación Liomont AC y la Junior
League of Mexico City IAP. Este premio, que se realiza desde hace 16
años, y sus premios se destinan a concluir y apoyar los proyectos educativos
que se analizaron y fueron triunfadores. Este premio se dirige expresamente a estudiantes
de secundarias públicas y privadas de todo el país que generan proyectos para
la preservación del medio ambiente en su comunidad.
El
primer lugar fue para la Escuela Secundaria Técnica 106 en Iztapalapa, Ciudad
de México, con el proyecto Invernadero
para producir suministros inagotables (hedera hélix) para muros verdes en la
escuela secundaria técnica 106, con el objetivo de reducir el costo
de mantenimiento de bardas, mejorar las condiciones ambientales, aprender del
cultivo de hiedra y recuperar el hábitat de la lagartija.
La
escuela recibió 175 mil pesos, 100 mil para el desarrollo del proyecto y 75 mil
para la adquisición de recursos para beneficio de la actividad educativa de la
institución que representan.
El
segundo lugar recibió 120 mil pesos, 80 mil para el proyecto y 40 mil para la
escuela. El proyecto Quetzalpapalotl (Mariposa sagrada en náhuatl) estuvo
a cargo de la Escuela Secundaria Técnica No. 80, ubicada en Tláhuac, Ciudad de
México. Busca recuperar espacios verdes que beneficien a mariposas y otros
polinizadores por medio de la recolección de agua de lluvia y reutilización del
agua de los fregaderos para el riego.
El
tercer lugar lo obtuvieron dos escuelas: la Escuela Secundaria Técnica No. 127
en Ocosingo, Chiapas con el proyecto Manejo de residuos sólidos para la producción orgánica de tomate en
invernadero, con el fin de promover la cultura de convivencia entre
el hombre y su entorno; y la Escuela Secundaria Técnica No. 84, en Culhuacán
Coyoacán, Ciudad de México con el proyecto Redescubriendo y Protegiendo Nuestro Entorno: Agua y Biodiversidad,
para promover un comportamiento ético en la comunidad escolar y una cultura
ambiental responsable. Ambas instituciones recibieron 60 mil pesos, 40 mil para
el proyecto y 20 mil para su escuela.
Alfredo
Rimoch, presidente de la Fundación Liomont AC., comentó que “estamos seguros de
que la educación es la base para un cambio social y cultural, hemos constatado
que participar en proyectos de esta naturaleza fomenta el desarrollo de
habilidades dentro de la comunidad, el trabajo en equipo, la convivencia y el
sentido de pertenencia, factores fundamentales para el desarrollo integral de
los jóvenes”.
Indicó
que este trabajo se mantendrá con la perspectiva de que los jóvenes de entre 12
y 15 años participen y puedan beneficiar no solo a su institución educativa,
sino para que sean ejemplo de que la juventud es la que salvara a México.
Recordó
que son 20 años de este trabajo que comenzó su mujer quien tras su
fallecimiento crearon este premio, pues ella, estaba muy comprometida con el
medio ambiente.
Dijo
que los adultos ya han cometido muchos errores en sustentabilidad y que los
jóvenes y niños no deben cometer dichas equivocaciones y con sus proyectos
ganadores dan grandes esperanzas de que las cosas puedan mejorar.
En
entrevista con este reportero declaró que como parte de sus proyectos de
responsabilidad está la temática ambiental; en donde se engloba este premio
ecológico para estudiantes de nivel básico y que los adolescentes impulsen
proyectos verdes para mejorar su entorno.
La
idea de este concurso es crear un cambio de cultura en los jóvenes y que está
aportación económica que se les brinda haga realidad y consolide su proyecto
que han comenzado. Siendo ello, un cambio cultural en la juventud que permea
desde tempranas edades.
De
ahí que agradeció la participación conjunta de dependencias federales de
educación pública y la de medio ambiente, que coadyuvan en hacer llegar este
mensaje a los planteles escolares.
“Nosotros
los adultos ya hemos causado un deterioro ambiental, y ahora es momento de
impulsar que estas nuevas generaciones creen un cambio. Estos chicos con este
proyecto tendrán un cambio en sus vidas y no permitirán que se continué la
afectación ambiental”, dijo.
Puntualizó
que es un gran gusto impactar a planteles de todos los rincones del país, como
en este caso en Ocosingo, Chiapas, y que en ediciones anteriores han otorgado
premios a rincones rurales de Baja California. Debemos romper las distancias
que tenemos y tenemos la intención de visitarles para apreciar sus programas,
concluyó.
Por
su parte, Martha Sofía Yarza de Mingramm, presidenta de la Junior League of
Mexico City, destacó que “con este premio, buscamos honrar la memoria de Amanda
Rimoch, una mujer comprometida con el planeta al estimular a los jóvenes de
México a solucionar problemas ambientales y generar mayor conciencia sobre el
medio ambiente y la sustentabilidad”.
En
esta edición se recibieron 80 proyectos. Las tres propuestas ganadoras
recibieron un apoyo económico para realizarlos, mejorar sus planteles
educativos y su entorno. Los jueces evaluaron diversos rubros, entre los que
destacan el manejo integral de residuos sólidos, ahorro de energía eléctrica y
aplicación de energías alternativas, ahorro y uso eficiente del agua, conservación
de los ecosistemas, recuperación y desarrollo de áreas verdes, y acciones
ambientales comunitarias que promueven la cultura de sustentabilidad.
Finalmente, la jovencita estudiante de Chiapas, dijo que
a las generaciones actuales les toca actuar para preservar la naturaleza y que
nada es propio todo es préstamo mientras se está en el plantel y agradeció que
siendo un plantel en un rincón de la selva chiapaneca se fomenta que todos los
jóvenes deben trabajar y tener confianza en que sus labores para ser mejores
personas y tener un mejor mundo deben ser una realidad.
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