Hablar de Oaxaca es referirse a sus calles coloridas, los sabores
de su gastronomía única donde los chapulines, el queso y las tlayudas son
algunos de sus ingredientes básicos en cada una de sus mesas. Oaxaca también es
sinónimo de mezcal, la bebida espirituosa hoy en día, que es un estandarte y un
eje de producción en el estado.
Oaxaca
produce el 80% el mezcal que se elabora en México. Para sus habitantes, el
mezcal es una bebida de arraigo, y un sinónimo que va de la mano con su
cultura, tradiciones y sobre todo, el acompañante “obligado” de su gastronomía
y sus celebraciones.
Oaxaca
cuenta con una riqueza única en cuanto a la variedad de agaves se refiere. En
el mundo existen 210 variedades de maguey, tan solo en este estado, están
presentes 120 de ellas y 20 de esas mismas, son exclusivas de la región.
Para la elaboración del mezcal, los más utilizados son el espadín y el silvestre.
El estado también cuenta con climas y suelos privilegiados, que dan como
resultado plantas jugosas, con un sabor y características únicas.
Por
ello, marcas de mezcal como Oro de Oaxaca desde hace más de 30 años
utilizan este tipo de agave para la elaboración de sus productos, así como los
mismos procesos artesanales de antaño junto con algunas técnicas actuales, que
dan como resultado una bebida de matices dorados y un sabor ahumado si igual.
A
diferencia de otros estados de la República Mexicana que producen mezcal, en
Oaxaca se conserva en gran medida, la producción artesanal como su principal
emblema. Esto hace que la bebida elaborada en Oaxaca, sea reconocida a nivel
mundial. Actualmente más de 40 mil familias están directamente vinculadas
con su producción.
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