El
INEGI dio a conocer los resultados del Módulo de Hogares y Medio Ambiente
(MOHOMA), proyecto pionero dirigido a generar datos estadísticos sobre la
relación entre la población y el medio ambiente, al nivel de las acciones o
prácticas que realizan los hogares y que tienen una conexión con el uso de
recursos naturales y su degradación.
Señalando
que el porcentaje de hogares que compran agua de garrafón o botella para beber
aumentó poco más de 5 puntos porcentuales en los últimos años, al pasar de
70.8% en 2015 a 76.3% en 2017. Contra lo que pudiera pensarse, el consumo de
agua embotellada no es sólo un fenómeno urbano, sino que también ha ido ganando
presencia en el ámbito rural, donde, en 2017, alcanzó a casi la mitad de los
hogares.
Respecto de las motivaciones que la gente tiene para optar
por beber agua embotellada, las de mayor frecuencia guardan relación con
aspectos de salud (69.4%)
y de sabor o color del agua de la red pública (19.6%). Estas mismas razones se han mantenido como las más
significativas en cada uno de los levantamientos de información anteriores.
Los
hogares destinaron durante 2017 un promedio de 52 pesos de su gasto semanal a
la compra de agua embotellada; mientras que, de acuerdo también con datos del
MOHOMA, el gasto en agua de la red pública fue de poco menos de 41 pesos en
promedio a la semana.
En
el 36.7% de los 2 millones 114 mil hogares que informaron no tener acceso al
servicio de agua de red pública se recurrió al acarreo para cubrir necesidades
de este líquido. En términos del uso del tiempo, esta actividad impacta de
manera diferenciada a hombres y mujeres, ya que estas últimas le dedican un
mayor número de horas (8.2 contra 4.9 horas).
Poco
menos de la tercera parte de los hogares mexicanos (32.6%) cuentan con excusado
de tanque ahorrador de agua, en tanto que 21% de ellos disponen de regaderas o
llaves ahorradoras de agua.
Respecto
a la energía utilizada para calentar agua, los resultados de 2017 indican que
en 47% de los casos ésta proviene de gas LP –tanque o cilindro-, en 12.5 % usan
leña y en casi el 5% se emplea una energía limpia como la solar.
En
4.5 millones de hogares del país (13.4% del total) se usa leña como combustible
para cocinar. En 13.9% de esos casos existe una estufa ahorradora o eficiente
de leña; el 14.4% utilizan estufas o fogones que tienen habilitada una chimenea
y en el 71.6% de los casos, emplean fogones que no poseen chimenea.
El
90% de los hogares en México informó contar con servicio de recolección de
basura. Respecto de los que reportaron no contar con éste, 84.6% señaló que
queman la basura como forma de desecharla.
El
43% de los hogares indicó aplicar alguna práctica de separación o clasificación
de los materiales residuales. El PET es el material con mayor frecuencia de
mención en las prácticas de separación; entre 2011 y 2017 el porcentaje de
hogares que reportaron separar este tipo de material se incrementó en casi 7
puntos porcentuales, al pasar de 72.7 a 79.6 por ciento.
En
los hogares que informaron no realizar prácticas de separación de los desechos,
la principal razón declarada fue que carece de sentido porque el servicio de
limpia los revuelve al hacer la recolección.
De hecho, entre 2011 y 2017, la proporción de los hogares que reportan
esta situación se incrementó en casi 16 puntos porcentuales, al pasar de 42.1 a
57.7 por ciento.
En
67.7% de los hogares reportaron reutilizar bolsas de plástico; le siguen en
importancia los que reúsan envases de vidrio o plásticos con 35% y hojas de
papel con 39 por ciento.
Considerando
los hogares donde se reportó la adquisición de algún automóvil (coche), en 45%
de éstos se informó que el criterio de selección para la compra se ligó
principalmente al precio, mientras que el criterio de eficiencia energética
(gasto de combustible) de la unidad fue utilizado en 28% de los casos.
Respecto
a los criterios para comprar aparatos eléctricos o electrónicos, el 52% de los
hogares mexicanos deciden la adquisición del producto con base en el precio,
mientras que los fundamentados en eficiencia energética y etiqueta ecológica
corresponden al 17% y 3%, respectivamente.
En
relación con la compra de productos de limpieza, como detergente, cloro y otros
productos químicos, el 10 % de los hogares eligió comprar productos
biodegradables y 3 % los buscó por su etiqueta ecológica. El precio es criterio
principal (55%) al momento de comprar productos de limpieza.
En
el terreno de la compra de alimentos, poco más de la mitad de los hogares
reportó que el precio es lo que define la elección (56%); la preferencia por
productos locales representa el criterio utilizado en 17% de los hogares,
aspecto que ha observado un comportamiento al alza en un análisis comparativo
respecto de 2015. También es relevante destacar el incremento del criterio de
elección ligado a lo orgánico, mismo que pasó de 4.5% en 2015 a 7.7% en 2017.
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