Patricia Barroso, Gerente de
Programa de Fortalecimiento Comunitario y Comunicación de Fundación C&A, dijo
que la industria del vestido; en su proceso de maquila de la ropa es la segundo
sector más contaminador del mundo, siendo responsable del 205 del agua
contaminada mundial y del 10% de las emisiones de CO2 de la humanidad, indica Greenpeace
y que no ha sido atendido como debiese. Ya que, detalló de no hacer sustentable
este sector no se podrán cumplir las metas ambientales globales al 2020 o al
2050.
Cabe mencionar que un mexicano desecha 3 kilos de
ropa al año, dando a nivel nacional un estimado de 360 millones de kilogramos
en el país; de los cuales, sólo 15 gramos se reciclan y dan un nuevo uso o
tengan un reciclado adecuado. Un 95% de la ropa es factible de ser reciclada.
Dijo que no es un tema de inquietud público,
situación que es un error el no atender esta realidad, pues son millones de
individuos involucrados en este sector. Cabe mencionar que la industria
del vestido mueve 3 billones de dólares en la comercialización de ropa en el
planeta, mucho más que el PIB de México, este sector industrial da empleo en el
mundo a unas 150 millones de personas, de las cuales, un 80% son mujeres.
Aunado a que la ropa, no sólo por moda sea
insustentable, ejemplo de ello, es que se usan unos 10 litros de agua para la
maquila de un pantalón de mezclilla tradicional; mientras que los deslavados suben
en consumo de agua hasta en 60 litros, pero que al ser de moda, sigue
acrecentando su producción.
Dijo que es alarmante que por mercantilismo algunas
empresas en diversos sectores creen sus productos para ser obsoletos de forma rápida
para que la gente adquiera nuevos, y ello haga que sea más veloz la cadena de compra,
en donde los recursos naturales son sobreexplotados y contaminados, pues la
ropa para su teñido usa en promedio unos 72 químicos tóxicos para este fin.
El peso social y económico de esta industria se
refleja en el reporte The Economic Impact of the Fashion Industry (El impac¬to
económico de la industria de la moda), presentado por el Congre¬so de Estados
Unidos, señala que esta industria tiene un valor de 1.2 billones de dólares a
nivel global. En México, la industria tex¬til y del vestido aporta 0.8% al PIB,
de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI).
Por ello, se debe impulsar la economía circular en
donde se rehúsen recursos. En el caso de la moda, el problema son el uso de sus
materiales y el uso de la mano de trabajo. Cabe mencionar que se necesitan hasta
200 toneladas de agua para fabricar una tonelada de tela.
Al respecto, Karla Fernández, diseñadora
profesional dijo que la moda llego a un límite de caducidad, lo cual, hace
necesario el regresar a las bases de las prendas, para que se convierta esta
industria en un sector sustentable que rescate técnicas tradicionales de
pintado, tejido, etc.
La directiva de Fundación C&A, participó en el
panel Moda sustentable: impactos y retos de la industria en México, en el
pasado XI Encuentro Latinoamericano de Empresas Socialmente Responsables,
organizado por el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI), en donde
coincidió con la diseñadora Carla Fernández, Frinée Cano, gerente de química
sustentable de C&A México; y Eleazar Guevara, fundador de Novabori, empresa
líder en el reciclaje de textiles en nuestro país, en la urgencia de atender el
tema en México y de transformar el modelo de negocios de la industria de la
moda en un negocio circular, que permita generar un impacto positivo tanto para
las comunidades como en el medio ambiente.
“Es momento de que las empresas comiencen a ver
hacia atrás en sus líneas de producción y se responsabilicen también de la
manera en la que están haciendo negocios, con una cadena de producción y
proveeduría que no dañen al medio ambiente ni vulneren los derechos humanos”,
enfatizó Patricia Barroso.
Para los presentes, el hablar de esta realidad y
mostrar los avances en sustentabilidad que se han establecido permite que la
moda sustentable se abra paso en México y con ella, la prosperidad de las comunidades,
los trabajadores, sus familias y el medio ambiente.
Los retos más importantes que soslayaron los
expertos en el tema de moda sustentable
fue que:
Trabajar en el fortalecimiento comunitario desde la
base.
Darle fuerza a la voz del trabajador para mejorar
sus condiciones laborales.
Facilitar la innovación para la transición del
modelo de negocios lineal al circular.
Promover la transparencia de información ordenada,
clasificada y comparable públicamente.
Incentivar la rendición de cuentas de todos los
actores involucrados.
Fomentar la colaboración en el sector.
COMPROMISOS
DE MARCAS ANTE PRESIÓN SOCIAL
La organización internacional Greenpeace ha
denunciado a los líderes de la ropa deportiva como Nike, Adidas, Puma por ser
cómplices de la contaminación de los ríos en China, así como a Levi’s de
afectar a México.
A raíz de estas denuncias, Puma, Nike, Adidas,
C&A, Li Ning y H&M aceptaron las demandas de Greenpeace y se
comprometieron a no descargar ninguna sustancia tóxica y persistente al medio
ambiente hacia 2020 en toda su cadena de suministro.
ROPA ETERNA Y
ECOCIDA
El poliéster, es la fibra más
usada en la ropa en el planeta y cada año, la industria usa 70 millones de
barriles de petróleo para su confección y su degradación se estima tarda unos
200 años.
Mientras que las telas de fibras naturales como el algodón, no están excentas de daño ambiental, pues su cultivo es
el que más consume plaguicidas en el mundo; un 24% de todos los insecticidas del
planeta y 11% de todos los pesticidas.
En el mundo se estiman que cada persona
(7,500 millones) tiene en promedio de 6 a 7 pantalones de mezclilla, prenda que
por su teñido con índigo sintético y uso de un blanqueador le hace ser altamente
contaminante. Greenpeace detalla que una prenda de este tipo utiliza unos
11.500 litros de agua en todo su ciclo de vida.
Alrededor de 200,000 toneladas de tintes para ropa van a parar al
agua cada año por la ineficiencia de los procesos de teñido y acabado (entre un 10% y un 15%), muchos escapan los
procedimientos convencionales de tratamiento hídrico y persisten en el entorno.
En Estados Unidos se
desechan unos 12,8 millones de toneladas de ropa al año, lo que da un
promedio de 40 kilos por persona, según estima la
Environmental Protection Agency de Estados Unidos.
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