El 98.88% de los profesores mexicanos (el sistema
escolar en México cuenta con un estimado de 2 millones de personas) ve
necesaria la formación práctica en las aulas, pero a pesar de ello, la mayoría
de docentes (86.43%) cree que las herramientas prácticas son todavía
insuficientes en los centros educativos, según se desprende del ‘Informe Young
Business Talents: La visión del profesor’ sobre la situación de la educación en
México, estudio a cargo de las marcas NIVEA y Praxis MMT.
La insuficiente utilización de la formación
práctica como método de aprendizaje de los jóvenes es una tarea pendiente.
“Actualmente en México hace falta una mayor implementación de la gamificación
en las aulas, pero el problema es que probablemente hay una falta de
conocimiento de cómo llevarla a cabo”, afirma Mario Martínez, director del
proyecto educativo Young Business Talents.
Los docentes destacan que en los centros donde
se incorporó la gamificación, los estudiantes que aprobaron la asignatura de
Economía y Empresa en la primera convocatoria pasaron de ser del 80% a más del
90%. Además, los resultados de los exámenes de admisión a la universidad
certifican que los alumnos de estos centros obtienen calificaciones superiores
a los centros en los que no se utilizan herramientas prácticas, en un 17.5%.
Los nuevos métodos de aprendizaje como la
gamificación aportan a la enseñanza tradicional unos beneficios para los
estudiantes que no se pueden obtener de otra manera. “La práctica aporta
experiencia, aplicación de la teoría, trabajo en equipo, iniciativa, toma de
decisiones e impulsa la participación de los jóvenes. Además, permite a los
alumnos aprender mientras se divierten, por lo que entra en juego el factor
lúdico también. Lo que se aprende jugando no se olvida”, asegura Mario
Martínez.
El programa educativo Young Business Talents
ayuda a los alumnos a la hora de tomar decisiones tan importantes como la
elección de la carrera universitaria o la actividad profesional gracias al uso
de simuladores virtuales. “Con este proyecto se pretende aportar a los alumnos
una vivencia experiencial similar a la realidad, pero en un laboratorio de
forma controlada”.
Los jóvenes que participan en este proyecto
educativo trabajan en las competencias propias de los emprendedores. Gestionan
empresas virtuales como verdaderos directivos, pero sin tener los riesgos que
tendrían en la vida real. Pueden aprender de los errores para que estén más
preparados cuando empiecen su camino en el mundo del trabajo. Este programa no
solo fomenta la cultura emprendedora, sino que hace que los jóvenes descubran
sus pasiones y estén más orientados en el futuro.
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