El agua es un recurso vital para la vida, desafortunadamente es
también un recurso que no está disponible para todas las personas. México,
dentro de la clasificación mundial de países solo cuenta con el 0.1% del total
de agua dulce disponible en el planeta, y es catalogado como una región con
baja disponibilidad de este recurso, ya que 11 millones de mexicanos no cuentan
con agua potable.
En
promedio, de acuerdo con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX),
un mexicano consume 360 litros de agua diariamente de manera directa e
indirecta. El agua que usa en sus actividades diarias como bañarse, lavar la
ropa o preparar los alimentos representa sólo el 4% de la que en realidad
utiliza, el resto se consume de forma indirecta a través de los productos y servicios que empleamos
de manera cotidiana.
Uno de los temas fundamentales de la agenda
de trabajo del Proyecto Roberto Alonso Espinoza de la Fundación Amparo, es el cuidado
y acceso al agua, que es un elemento básico para el desarrollo integral de las
familias, lamentablemente las comunidades en situación de vulnerabilidad con
las que se trabaja carecen de servicios básicos e infraestructura para acceder
a la misma de forma limpia y segura.
Por
ello, se ha desarrollado programas como el de “Mejoramiento del hábitat” en el
cual se promueve el uso de ecotecnias, que son innovaciones tecnológicas
diseñadas con la finalidad de preservar el equilibrio entre la naturaleza y las
necesidades humanas, optimizando el uso de los recursos naturales necesarios
para la vida, entre ellos el agua.
Algunas
de las ecotecnias que se promueven son:
Tanques
de ferrecemento: son instrumentos construidos para almacenar agua de lluvia,
con la finalidad de ahorrar y aprovechar al máximo este recurso. Su
construcción es más eficiente que las cisternas convencionales y está basada en
un material similar al concreto, lo que los hace resistentes y fáciles de
construir.
Baños
secos: se utilizan para evitar la contaminación que produce la defecación al
aire libre o en letrinas. No utilizan agua y los residuos son convertidos en
abono orgánico apto para los cultivos.
Esta
organización dio a conocer que impulsa la creación de tanques de ferrocemento y
baños secos en comunidades rurales y semirurales con alto grado de marginación
en la Sierra Norte de Puebla, -una de las regiones más pobres de México- contribuyendo
con ello a reducir la brecha de desigualdades y a mejorar la calidad de vida de
las familias.
La construcción
de estas ecotecnias se combina con la instalación de huertos de traspatio
integrales, de esta manera se contribuye a mejorar la higiene y salud de las
familias, a la seguridad alimentaria y a la protección del medio ambiente,
impulsando a las comunidades como actores de su propio desarrollo.
Cabe
resaltar que la implementación de estas acciones se basa en un modelo que
favorece el desarrollo de las capacidades de las personas, por lo que implica
un proceso formativo basado en el intercambio de saberes, así como la
construcción en colectivo de las ecotecnias, lo que también promueve el apoyo y
la solidaridad entre las familias.
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