Carlos
Scheel, Profesor Emérito en el EGADE Business School del Tecnológico de
Monterrey (ITESM), dijo que
el manejo de los contaminantes sólidos urbanos es sólo una parte del problema ambiental
que padece la humanidad, “no debemos sólo concentrarnos en prohibir uso de los
productos plásticos”.
De no atacar de fondo los problemas de la cadena de desechos nunca se
acabará el tema, ejemplificó, que primero se pensó en controlar a las vacas
(por el metano que emiten) y sustituirlas por la soya, que acaba erosionando
los suelos; hoy se está cambiando a los automóviles a combustión interna por
eléctricos, pero la movilidad no mejora, esto pasa por no atacar de fondo el
sistema que nos rige.
“Tenemos que concentrar la atención en los cómos, que es donde se ubica
la economía circular, que no debe ser la finalidad, sino un paso más para
llegar a una sociedad equilibrada”.
Añadió que ser sustentable es costoso y se debe acabar ese pensamiento
con generación de riqueza, sin dejar a nadie fuera de la cadena de valor del
reciclado, como es el caso de los pepenadores, el último eslabón que no recibe
ningún beneficio humano, social y económico.
Lo cual, “se refleja en que el sistema económico actual invita a que el
ciudadano se vuelva perezoso y no dimensione sobre la realidad insustentable
que le rodea”.
Lo que falta es conciencia, no es tema de presupuesto, ya que nadie es
consciente del impacto que causa, necesitamos una nueva manera disruptiva de
pensar sobre el presente y el futuro, la economía, la sustentabilidad y la
propia preservación del individuo.
Mientras que el empresario, debe comprender que un modelo derivado de la
sustentabilidad es redituable.
Igualmente, el emprendedor es clave para la sustentabilidad, los jóvenes
deben enfocarse en la economía circular y generar riqueza con visión ambiental.
Para que sus tres clientes (naturaleza, personas y empresas) caminen al parejo
en el progreso social.
Por su parte, Eduardo
Piquero, director de la plataforma
MEXICO2, indicó que se
requiere de “una combinación de incentivos para darle un nuevo valor a los
residuos, desde aspectos de temas fiscales y legales, que no están muy
actualizados en el país. Aunado a que falta mucha regulación para generar
incentivos en la economía circular.
Abundó que los inversionistas actuales están muy sensibles sobre los
negocios sustentables, hoy la evalúan como los aspectos de gobierno
corporativo, corrupción, entre otros sectores.
En coincidencia con sus colegas, Eugenio Barrios, director de políticas
de la organización WWF México, dijo que la sustentabilidad debe ser una
sustancia interna de las empresas y coadyuvar a tomar decisiones para un mejor
futuro de las empresas.
“El problema es que se piense que se vive en un mundo infinito y se
deben fijar límites para establecer hasta donde se puede llegar. Por ello, la
economía circular es un ejemplo de cómo hacer un adecuado manejo de los productos.
Dichos expertos estuvieron presentes en la presentación del Informe de
Sustentabilidad 2018 de PetStar, la planta de reciclado de plástico PET,
ubicada en el municipio de Lerma, Edomex, que es la instalación más grande en
su tipo en Latinoamérica.
Jaime
Cámara Director General de PetStar, declaró que esta empresa busca ser no sólo un
negocio de reciclaje, sino estar incluido en la economía circular, al no sólo
dar una nueva vida al PET, pues han establecido políticas industriales en mitigación
de emisiones, ahorro de agua, y ser una instalación cero residuos.
“Buscamos inspirar a otras organizaciones para ser sustentables y que la
cultura empresarial migre a modelos circulares y la sostenibilidad sea parte
estructural del negocio”, dijo.
PetStar
es un proyecto de 100 millones de dólares de la Industria Mexicana de Coca Cola
que recicla 3 mil 100 millones de botellas al año; el equivalente a llenar 2.4
veces el Estadio Azteca y recupera hasta un 66% de los envases que sus
accionistas ponen en el mercado.
Indicó que tienen 10 mil puntos de compra de Pet en México para reciclar
a las botellas de plástico. Además, explicó que la inversión en la empresa
supera los 100 millones de dólares (MDD) y tiene una infraestructura de 8
plantas de acopio a nivel nacional y una planta recicladora en Toluca, genera
mil 200 empleos directos y empleos indirectos a 24 mil pepenadores y
recolectores de residuos.
Reveló que la recuperación del plástico en México es de un 60% en el
caso del PET, el doble de porcentaje si se hace la comparación con Estados
Unidos, que apenas alcanza 30%.
Esta planta industrial cuenta con un esquema educativo que permite la
visita de colegios y sectores especializados en el medio ambiente, que hoy
registra asistentes de Estados Unidos, Indonesia, República Dominicana,
Sudamérica.
Aceptó que “vamos tarde y urge
reaccionar con la edificación de un modelo sustentable para la economía con
balance social y ambiental. Ya que las empresas que no adopten esta nueva
realidad no lograrán sobrevivir en el nuevo mercado global”.
Reciclado de PET en México
A nivel nacional el reciclado de plástico PET (de
botellas), ha logrado ahorrar más de 163
millones de metros cúbicos de agua y se ha evitado la emisión de más de 13
millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, equivalente a plantar
351 millones de árboles o 930 Bosques de Chapultepec, el mayor bosque urbano de
México, cifras al año 2018.
Dicha información fue dada a conocer por la
organización Ecología y Compromiso Empresarial (ECOCE), señalando en México se
reciclan unas 441 mil toneladas de PET, que son procesadas en un 70% en el país
y sólo un 30% se exporta.
Al reciclar una tonelada de plástico PET equivale a no
quemar 4.4 barriles de petróleo para crear resina virgen y se deja de ocupar
espacios en basureros equivalentes a 43 metros cuadrados y; se dejan de emitir 3.2 toneladas de gases
de efecto invernadero (GEIs).

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