Miles de personas trabajan en México como recolectores
de basura en vertederos, una profesión difícil que además conlleva discriminación
y explotación, porque la mayoría de ellos no son contabilizados en censos
oficiales y se organizan en rígidas estructuras percibiendo un ínfimo salario.
En la Ciudad de México, se estima que a diario se recuperan 1.748 toneladas de
desechos a través de la preselección para el reciclaje, de las 13.000 toneladas
de basura que genera la capital mexicana, según cifras de la Secretaría de
Medio Ambiente de la capital.
Tal y como reconocieron a Efe recolectores del gigantesco Bordo Poniente de Nezahualcóyotl, en el Estado de México (colindante con la capital), en el mundo de la basura se padece de discriminación, prestamos impagables, violencia, trabajo infantil e incluso machismo, pues se estima que el 70% de quienes recolectan son mujeres y niños.
Yolanda, madre soltera, declaró a Efe que "si no te portas bien, no acatas y no vas a cuadrilla de limpieza de las calles, tienes problemas" con el sindicato.
Un hombre que solamente se identificó como Eduardo detalló que aparte de pepenador -como se conoce en México al recolector de basura- también ejerce el trabajo de barrendero en las calles, un trabajo que arranca a las seis de la mañana a diario y alarga por horas.
"El sol es muy fuerte, uno no se puede uno tapar con nada, porque hay que andar atrás del camión separando el material, subir las cosas y apretarlas", resaltó.
Añadió que para al final del día sacar con suerte de 100 a 150 pesos diarios (de 5,2 a 7,8 dólares) por la venta de desechos para e el reciclaje, aunado a las propinas de la gente.
"El trabajo es mugroso (sucio), te encuentras con cada cosa. (...) No hay estabilidad, porque hay que estar cumpliendo con el jefe para que no te diga nada" o te despida, puntualizó.
En relación a esta cruda realidad, Tania Espinosa Sánchez, coordinadora de la ONG de Women in Informal Employment Globalizing and Organizing (WIEGO) en México, dijo a Efe que "la realidad de los pepenadores, el primer eslabón del reciclado, es un sector social que vive en condiciones de trabajo muy precario".
Ello "pese a que los productos que recuperan lo adquieren grandes empresas que ganan enormes ganancias económicas", agregó.
Tal y como reconocieron a Efe recolectores del gigantesco Bordo Poniente de Nezahualcóyotl, en el Estado de México (colindante con la capital), en el mundo de la basura se padece de discriminación, prestamos impagables, violencia, trabajo infantil e incluso machismo, pues se estima que el 70% de quienes recolectan son mujeres y niños.
Yolanda, madre soltera, declaró a Efe que "si no te portas bien, no acatas y no vas a cuadrilla de limpieza de las calles, tienes problemas" con el sindicato.
Un hombre que solamente se identificó como Eduardo detalló que aparte de pepenador -como se conoce en México al recolector de basura- también ejerce el trabajo de barrendero en las calles, un trabajo que arranca a las seis de la mañana a diario y alarga por horas.
"El sol es muy fuerte, uno no se puede uno tapar con nada, porque hay que andar atrás del camión separando el material, subir las cosas y apretarlas", resaltó.
Añadió que para al final del día sacar con suerte de 100 a 150 pesos diarios (de 5,2 a 7,8 dólares) por la venta de desechos para e el reciclaje, aunado a las propinas de la gente.
"El trabajo es mugroso (sucio), te encuentras con cada cosa. (...) No hay estabilidad, porque hay que estar cumpliendo con el jefe para que no te diga nada" o te despida, puntualizó.
En relación a esta cruda realidad, Tania Espinosa Sánchez, coordinadora de la ONG de Women in Informal Employment Globalizing and Organizing (WIEGO) en México, dijo a Efe que "la realidad de los pepenadores, el primer eslabón del reciclado, es un sector social que vive en condiciones de trabajo muy precario".
Ello "pese a que los productos que recuperan lo adquieren grandes empresas que ganan enormes ganancias económicas", agregó.
PÁRRAFO
AÑADIDO
Cabe
mencionar que el sistema de reciclado de productos como es el plástico de
botellas PET, comienza con los pepenadores individuales que se les paga en
promedio 3 pesos por kilogramo, que primeramente llegan a una bodega pequeña en
donde los acopiadores lo revenden a 4 ó 5 pesos en bultos de varias toneladas,
producto que se manda a plantas de reciclado de gran tamaño, como es la cadena
de los centros de captación de PET de la marca Petstar, cuya fabrica en Lerma,
Estado de México, permite que botellas de agua y refresco usen hasta 30% de PET
reciclado en sus nuevos empaques. De acuerdo al mercado del PET, una botella de
plástico virgen tiene un costo estimado de 5 a 7.50 pesos.
Esta
organización civil realizó el Proyecto de Reconocimiento de la Situación de
Derechos Humanos de los Recicladores en Latinoamérica.
En el caso de la Ciudad de México, la organización detalló que el actual gobierno capitalino en su plan integral para el manejo de la basura que aún está por ser presentado por la jefa de Gobierno, debido a su programa de austeridad, pretende dejar de gastar por el uso de rellenos sanitarios fuera de la CDMX, ampliando la capacidad de la planta de transferencia de Azcapotzalco, la cual en estos momentos se encarga de recibir los desechos de hacer una primer selección de los mismos y mandarlos a los rellenos sanitarios en las periferias de la capital.
En el caso de la Ciudad de México, la organización detalló que el actual gobierno capitalino en su plan integral para el manejo de la basura que aún está por ser presentado por la jefa de Gobierno, debido a su programa de austeridad, pretende dejar de gastar por el uso de rellenos sanitarios fuera de la CDMX, ampliando la capacidad de la planta de transferencia de Azcapotzalco, la cual en estos momentos se encarga de recibir los desechos de hacer una primer selección de los mismos y mandarlos a los rellenos sanitarios en las periferias de la capital.
Sistema
de trabajo que se pretende cambiar y pasar a que Azcapotzalco no sea sólo una
planta transferencia, sino de reciclado exhaustivo para aumentar el porcentaje
de desechos a reciclar y que el gobierno capitalino estima lleguen a casi el
50% de la basura que genera la ciudadanía.
Además que el gobierno capitalino impulsa un nuevo Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos para la ciudad, en donde se desconoce si este incluirá a los recicladores, para formalizar su trabajo o si se les dejará en la indefinición y con el riesgo de perder su fuente de empleo.
En ese tenor, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, denunció en 2016 que existe el permiso "gubernamental de que estos trabajadores y trabajadoras informales presten un servicio público en condiciones indignas,inseguras e insalubres, (por lo que) el gobierno no está protegiendo a un sector vulnerable ni garantizando un trabajo digno".
El informe de WIEGO señala que se debe reconocer a los trabajadores e incorporarlos al sistema para que tengans leyes que les protejan.
De estea manera, se podría evitar sus discriminación y finalmente analizar si la política del gobierno capitalino es viable o no.
Finalmente, Carlos Scheel, profesor Emérito en el EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, dijo a Efe que en el caso de los pepenadores se requiere un "sistema circular de valor, que incluya lo ambiental y social en donde se apoye a comunidades en zonas vulnerables y se eleve la dignidad de estas personas", enfatizó.
Pues aseveró que no solo es que las pequeñas bodegas de reciclado les "compren el producto que pepenan o reciclan (plásticos, papel, cartón, fierro, etc.), sino generar las condiciones sociales para que no toda su vida sean pepenadores", agregó.
Además que el gobierno capitalino impulsa un nuevo Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos para la ciudad, en donde se desconoce si este incluirá a los recicladores, para formalizar su trabajo o si se les dejará en la indefinición y con el riesgo de perder su fuente de empleo.
En ese tenor, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, denunció en 2016 que existe el permiso "gubernamental de que estos trabajadores y trabajadoras informales presten un servicio público en condiciones indignas,inseguras e insalubres, (por lo que) el gobierno no está protegiendo a un sector vulnerable ni garantizando un trabajo digno".
El informe de WIEGO señala que se debe reconocer a los trabajadores e incorporarlos al sistema para que tengans leyes que les protejan.
De estea manera, se podría evitar sus discriminación y finalmente analizar si la política del gobierno capitalino es viable o no.
Finalmente, Carlos Scheel, profesor Emérito en el EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, dijo a Efe que en el caso de los pepenadores se requiere un "sistema circular de valor, que incluya lo ambiental y social en donde se apoye a comunidades en zonas vulnerables y se eleve la dignidad de estas personas", enfatizó.
Pues aseveró que no solo es que las pequeñas bodegas de reciclado les "compren el producto que pepenan o reciclan (plásticos, papel, cartón, fierro, etc.), sino generar las condiciones sociales para que no toda su vida sean pepenadores", agregó.
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