El proyecto “Conagua
en Línea” y el levantamiento de vedas, recientemente anunciado por la Comisión
Nacional del Agua (a través de Eugenio Barrios) del gobierno mexicano,
representan una violación de los artículos 52 y 55 de la Ley Agraria, pues
buscan poner enormes volúmenes de agua a la disposición de terceros, dio a
conocer la Coordinadora Nacional Agua para Tod@s, Agua para la Vida.
Julio César
Cervantes, de la Central Campesina Cardenista, explicó que el Registro Agrario
Nacional señala que gran parte de las aguas puestas a disposición se encuentran
en las 23.4 millones de hectáreas que son propiedad de los 7462 núcleos
agrarios, formados a través de decretos presidenciales que les dotaron de
tierras, aguas y bosques.
Estas aguas forman
parte de la propiedad social, conformada a través de dotaciones de tierras,
aguas y bosques por decreto presidencial.
Estos derechos deben ser cuantificados y respetados por la Conagua. De hecho, los poseedores originarios tienen
el derecho a ser restituidos a través del artículo 792 del Código Civil
Federal, en caso de que la Conagua infrinja su derecho de acceso al agua.
Siete de cada 10
ejidos conservan ecosistemas vitales para garantizar agua de calidad a futuro,
y los sistemas ejidales y comunales de riego para la agricultura tradicional
son vitales para la soberanía alimentaria.
Claudia Gómez Godoy,
del Colectivo de Abogados, litigante del amparo contra los decretos de Enrique Peña
Nieto (EPN) en Paso la Reina en Oaxaca, explicó que el artículo 2
constitucional, así como los instrumentos internacionales reconocen los
derechos de los pueblos indígenas a cuidar y administrar las aguas en sus
territorios.
En todo el país,
explicó Gómez Godoy, la Conagua ha aplicado las vedas de manera
discriminatoria, otorgando grandes concesiones en zonas vedadas, a la vez que
no se ha permitido a los pueblos indígenas registrar sus derechos sobre las
fuentes de agua en sus territorios.
“Conagua en Línea” y la expansión de los
decretos de EPN a todo el país dejan a los pueblos especialmente vulnerables,
porque permiten que cualquier empresa obtenga concesiones a sus ríos,
manantiales o a las aguas subterráneas de las cuales dependen, sin su conocimiento
o consentimiento.
Desde que el
expresidente Enrique Peña Nieto hizo la declaración de la “reserva del agua” en
Chiapas en 2018, la Conagua ha asignado 127 millones de metros cúbicos anuales
de agua al municipio de Chilón para “uso público urbano”, es decir, cualquier
uso que el gobierno municipal determine.
El punto de extracción registrada es una cascada de una belleza
extraordinaria. Esta zona, ubicada en territorio indígena tzeltzal, actualmente
está bajo sitio por parte de paramilitares, y tanto el sacerdote del pueblo
como el comité del agua han recibido amenazas de muerte.
Otro ejemplo de la
vulnerabilidad de los pueblos frente a esta política hídrica son las
concesiones obtenidas por la empresa Walmart para construir una presa en territorio
totonaca, donde pretende generar energía eléctrica para cubrir las necesidades
de luz de todas sus tiendas en el país.
Gómez Godoy señaló
que los funcionarios de la Conagua intentaron de compensar por estas
violaciones de los derechos de los pueblos indígenas con un decreto
“permitiendo” que personas indígenas o afromexicanas pudieran solicitar una
concesión para 100 litros de agua por día.
La abogada explicó que los derechos de los pueblos indígenas no se refieren
a que sean usuarios del agua y se midan en litros, sino que son como guardianes
y administradores de las aguas en sus territorios.
Mencionó que se está
coordinando con el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas para que este
derecho esté plenamente reconocido en la próxima Ley General de Aguas.
Por su parte, Miguel Ángel
Montoya, consultor legislativo que tuvo un papel clave en la redacción de la
reforma al artículo 4 constitucional, advirtió que el sistema de concesiones se
encuentra en el centro del conflicto sobre la futura Ley General de Aguas.
Explicó que grandes
intereses, representados en el Consejo Coordinador Empresarial y CESPEDES,
generaron una propuesta de ley que profundizaría y perpetuaría los mercados del
agua (bajo el nombre “Centros de Transferencia”).
Quien elaboró esta
propuesta fue Gerente de Marco Legal para David Korenfeld (en la elaboración de
la Ley Korenfeld) y hoy coordina la elaboración de la iniciativa de Ley General
de Aguas de la Comisión Nacional de Aguas.
Mientras que Elena
Burns, de Agua para Tod@s, explicó que la Ley de Aguas Nacionales tuvo el
objetivo de poner las aguas nacionales bajo el control de “mercados del agua”
como precondición para la firma del TLCAN.
Entre 1992 y 2018, se
otorgaron 536 mil concesiones a aguas superficiales y subterráneas, en
violación de vedas, disponibilidades, derechos humanos, derechos de núcleos
agrarios, derechos de pueblos indígenas y de terceros, y sin ningún sistema
efectivo de control sobre la contaminación.
Por lo tanto, hoy en día, el agua en México es de quien tuvo los
contactos más cercanos con la Conagua y de quien tiene el pozo más profundo y
la bomba más potente.
La reforma
Constitucional de 2012 exigió una nueva Ley General de Aguas en 360 días, la
cual tendría que cambiar la lógica del manejo del agua: en vez del otorgamiento
arbitrario por la Conagua de enormes concesiones seguido por dinámicas de
compra y venta, ahora se tendría que garantizar su aprovechamiento y
distribución sustentable y equitativa, bajo un esquema de participación
ciudadana y gubernamental.
Sin embargo, existe
un fuerte bloque de intereses que buscan eliminar las vedas y acelerar el
concesionamiento de todas las aguas nacionales—con el fin de garantizar el
control privado sobre el agua antes de que entre en vigor una ley centrada en
los derechos humanos y de los pueblos.
Burns advirtió que
los siguientes estados están especialmente vulnerables, dado que la Conagua
está ofreciendo concesiones a sus aguas en línea, a pesar de que se están
acercando el día cero, según el
reciente informe del World Resources
Institute: Baja California Sur; Guanajuato; Ciudad de México;
Aguascalientes; Estado de México; Querétaro; Hidalgo; Chihuahua; Zacatecas;
Sonora; Sinaloa; Nuevo León; Morelos; Jalisco y Tamaulipas.
Sin embargo, existe
un fuerte bloque de intereses que buscan eliminar las vedas y acelerar el
concesionamiento de todas las aguas nacionales—con el fin de garantizar el
control privado sobre el agua antes de que entre en vigor una ley centrada en
los derechos humanos y de los pueblos.
Los expositores
hicieron un llamado al gobierno a detener el otorgamiento de concesiones en
tanto no se acate el mandato de aprobar una Ley General de Aguas que acate el
artículo 4° constitucional.
La Iniciativa Ciudadana de Ley General de Aguas, que
será presentada próximamente, con el 150% de las firmas requeridas, plantea un
esquema que permitiría poner fin a la mercantilización, el acaparamiento, la
especulación, la sobreexplotación y la contaminación impune de las aguas
nacionales.

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